top of page
Foto del escritorEditor2564

(8) El amor no es la respuesta cap. 7

En la mesita de noche, junto a una lámpara de lectura encendida, descansaba un reloj olvidado dentro de un cajón. Era la pareja del modelo que siempre acostumbraba usar, con su correa de cuero desgastada y sus números romanos descoloridos. Han Seo pensó que ese sería un buen regalo para Jinwoo por lo que, durante uno de sus viajes de negocios, pidió a la tienda que lo consiguiera y se sorprendió al ver cómo se esforzaron por hacerlo realidad. 


Cuando lo miró por primera vez, pensó que el tamaño era adecuado para su delicada muñeca, pero después el regalo se quedó en un cajón que jamás fue abierto de nuevo. Ahora, en la intimidad de su habitación, Han Seo tomó el reloj entre sus manos y lo examinó detenidamente. Desafortunadamente, al igual que su dueño, las manecillas ya no tenían movimiento y el tic-tac constante se había detenido hace mucho tiempo. Sentía una mezcla de nostalgia por aquel recuerdo perdido y tristeza por la pérdida del tiempo inmortalizado en ese pequeño objeto. 


‘¿Es una señal?’


Han Seo cerró la pequeña caja y la dejó sobre el mueble. Al poco tiempo un sonido de “clic” resonó en la habitación y su reloj cayó a pocos centímetros del lugar donde estaba la caja. Cuando lo miró nuevamente, algo extraño sucedió. Al igual que el pequeño reloj que había visto hace unos momentos, Han Seo no se percató del momento en el que el suyo había dejado de moverse y sus manecillas se quedaron paralizadas.


Después de esa noche, Han Seo no volvió a usar nuevamente ningún tipo de reloj.


Y al poco tiempo después, estaba de regreso en el tiempo.


<>


Mirando la dirección que mostraba el mensaje, Han Seo no pudo evitar sentir un extraño cosquilleo en el pecho. Esa sería su primera reunión formal con Jinwoo, por lo que sus palabras deberían de ser más que certeras. 


Por alguna extraña razón, un sentimiento de inseguridad estaba confrontando su corazón. 


Si fuese capaz de mantener mis recuerdos, ¿Qué posibilidad hay de que Kim Jinwoo también hubiera regresado con sus recuerdos del futuro? ¿Debería ser honesto o comenzar de nuevo?’


Han Seo se preocupó ante la idea de no tener información sobre los gustos particulares de Kim Jinwoo, ni siquiera era capaz de decidir sobre el tipo de bebida que podría recomendarle cuando él llegara. 


— Uff. 


Al adentrarse en la cafetería, Han Seo se encontró en un espacio encantador rodeado por estanterías repletas de libros. A simple vista, parecía más una librería que una cafetería. Sin embargo, un suave y tentador aroma a café flotaba en el aire, invitando a los clientes a probar una taza caliente. Guiado por el camarero, Han Seo subió las escaleras hasta el segundo piso del establecimiento. La bulliciosa multitud de la entrada fue reemplazada por una atmósfera más tranquila y acogedora, con grupos de personas mayores disfrutando de sus bebidas y conversaciones tranquilas.


— Sr. Han Seo, puede esperar aquí, el Sr. Kim Jinwoo llegará pronto.


— Está bien.


El Sr. Do Jeon se inclinó sutilmente, retirándose de la mesa colocada en una amplia sala independiente. Han Seo se tomó un momento para observar la estructura del lugar: las paredes adornadas con paneles de madera tallada, las cálidas luces amarillas que provenían de las decenas de lámparas estratégicamente ubicadas, la música clásica suave que emanaba de pequeños rincones y los cientos de libros alineados prolijamente en las estanterías. Cada detalle parecía haber sido cuidadosamente seleccionado para crear una atmósfera sofisticada y acogedora.


“Este lugar tenía un aire similar a Kim Jinwoo’. Pensó Han Seo mientras sus ojos vagaban por el lugar. Algo en él le recordaba al hombre misterioso y reservado que había conocido recientemente.


De repente, su mirada fue atraída hacia alguien parado a unos metros de distancia. Un hombre alto vestido elegantemente y con una expresión seria en el rostro lo observaba con curiosidad. Han Seo sintió un ligero cosquilleo en la piel al encontrarse con sus penetrantes ojos oscuros.


— Jinwoo.


Han Seo sintió como su corazón latía con rapidez, ese hermoso cabello con reflejos dorados y la piel adornada con bellos lunares que estaba siendo iluminada por un candelabro.  


Era un brillo que lo atraía con una fuerte energía, como un imán. Han Seo sintió como los vellos en su piel se erizaba. Ese rostro tranquilo, parecía perdido en una fantasía mientras sonreía para sí mismo con los ojos puestos sobre las páginas de un libro. La forma sutil en la que sus delicados dedos movían el papel envejecido y el movimiento sutil de sus labios. 


Jinwoo estaba allí, en el mismo espacio, tiempo y lugar que él. Han Seo sintió unas ganas terribles por correr y abrazarlo. Estaba en deuda con él y lo único que sintió en ese momento fue el deseo de arrodillarse y pedirle perdón.


Podría sentir como las comisuras de sus ojos estaban ardiendo en ese instante. 


Su Omega, su hijo, su familia. 


— Achu. 


Los pensamientos de Han Seo fueron interrumpidos en el momento que notó como la cabeza de Jinwoo se sacudía haciendo un sonido nasal. 


Han Seo sonrió y se acercó a Kim Jinwoo, que no había levantado la mirada. Estaba tan inmerso en sus pensamientos que ni siquiera fue consciente de los pasos que se acercaban.


Han Seo no se acercó demasiado, metió la mano en el bolsillo interior de su abrigo y sacó un pequeño pañuelo, después lo colocó doblado a un lado del libro que Jinwoo estaba leyendo y sutilmente se alejó. 


— ¿Eh?


Jinwoo notó el pañuelo gris que fue colocado cuidadosamente al lado del libro que estaba leyendo. 


— Gracias…


Su rostro, inicialmente sereno y agradecido, se transformó en una mezcla de sorpresa y nerviosismo al girar para agradecer a la persona por su amable gesto. A pesar de estar consciente de su presencia en ese lugar por un motivo específico, la sorpresa fue inesperada. Su corazón latía con intensidad, una combinación inexplicable de ansiedad y emoción que no podía atribuir completamente a ese misterioso individuo o al riesgo que implicaba sus decisiones


— Sr. Kim Jinwoo, mucho gusto. 


Con una reverencia elegante y respetuosa, Han Seo pronunció unas palabras educadas. El rostro de Kim Jinwoo se sonrojó ante la inesperada muestra de honor en las oraciones que salieron de la boca de ese hombre. Los labios de Han Seo se curvaron en una suave sonrisa mientras esperaba pacientemente la respuesta de Jinwoo. Las palabras resonaron en el aire y parecían llevar un peso adicional, impregnadas del respeto y la amabilidad que emanaba de Han Seo


— Mucho gusto… ¿Vienes de visita?


Con un suspiro de satisfacción, Kim Jinwoo cerró el libro que había estado leyendo y alzó las manos para colocarlo con cuidado en su lugar en el estante. Sus dedos acariciaron la portada gastada del libro, una reliquia preciosa. Aunque estaba a punto de dejarlo reposar una vez más, sabía que siempre podría volver a él cuando lo necesitara.


— Noté que el Sr. Kim Jinwoo sonreía hace unos momentos, ¿Es una historia interesante? Se veía muy concentrado.


— Oh… Bueno… ¿Si? ¿Sonreí?... ¿Yo…?  


Kim Jinwoo no fue consciente del hecho de que estaba sonriendo, ¿Era así? Por un momento se había quedado perdido en un libro y no pensó que el tiempo acordado de la reunión había pasado de lo previsto.


— ¿Puedo preguntar que estaba leyendo?


La voz susurrante del hombre le provocaba cosquillas en el estómago, ¿era una reacción común? Kim Jinwoo no estaba acostumbrado a tratar con las personas, por lo que conocer a alguien en esas circunstancias le era inusual. 


— Una obra de Scott Fitzgerald, es vieja pero me gusta… Es raro ver a un chaebol aquí. ¿Viene a menudo?


Han Seo sonrió suavemente, las pupilas brillantes que evadían el contacto directo, el jugueteo de los delicados dedos sobre la pasta desgastada del libro, y el ligero temblor en sus labios… 


‘Lindo’. 


La conversación fluía como un río en pleno caudal, tan natural y sin esfuerzo que sería extraño interrumpirla con la revelación de un secreto que solo él conocía. Aunque Han Seo sentía la tentación de contarle a Jinwoo que él sabía que en realidad era Oh Minji, sabía que no era el momento adecuado. Sin embargo, no podía evitar anhelar tocar aunque sea un poco su piel y sentir su calor corporal como si fuera una droga necesaria para sobrevivir. 


En la mente de Han Seo, la única pesadilla incrustada con fuerza y firmeza era el rostro de la persona frente a él en los momentos antes de morir. Esa imagen estaba grabada en su memoria como las raíces de un árbol, imborrable e inamovible. Cada vez que cerraba los ojos, podía ver claramente cada detalle del rostro desencajado por el terror, y lo atormentaba día y noche.


— Nunca había venido antes… Es una extraña coincidencia, a decir verdad, vine a reunirme con alguien pero estoy muy nervioso.


Los ojos de su oponente se abrieron con sorpresa, ampliando su iris y revelando su intensidad. Miró atentamente a su alrededor, como si buscara pistas o una salida para escapar de la situación en la que se encontraba. Han Seo contuvo con esfuerzo la risa que amenazaba con escaparse ante la genuina ingenuidad de Jinwoo. Sus manos temblaban ligeramente, aunque mantenía su expresión seria y determinada. A pesar del momento que estaban teniendo, Han Seo no podía evitar sentir cierta admiración por la inocencia que aún poseía su contrincante. 


— ¿Puedo preguntar a quién viene a conocer?


Han Seo se mantuvo inmóvil, con los ojos clavados en él durante un largo rato. Una mano temblorosa se extendió lentamente hacia su rostro, acercándose cada vez más. Kim Jinwoo podía sentir el calor del tacto de Han Seo en su piel, una sensación que le hacía estremecer. Los segundos pasan como horas mientras esperaba a que la mano lo toque, pero nada llegó. Sus ojos siguieron el movimiento de la mano, tratando de descifrar qué era lo que había tomado Han Seo, pero todo lo que vio fue un libro familiar.


— Vine a conocerlo, a la persona que escribió este libro ¿El Sr. Kim Jinwoo lo ha leído?


— Uhm, creo que… Está bien si me habla de forma casual, quiero decir… No es necesario ser tan formal…


— ¿Si?... Lo siento, supongo que quizá he incomodado a Kim Jinwoo.


Kim Jinwoo se acercó e inesperadamente tocó el antebrazo del Han Seo.


— ¡No!... Quiero decir, lo siento… No soy bueno interactuando con las personas, quiero decir… No… Olvídelo, ¿podemos ir a la sala?


Con un gesto elegante, Han Seo le extendió el libro a Jinwoo y lo dejó pasar primero a la sala. El interior estaba adornado con una decoración moderna, con muebles de madera oscura y paredes blancas impecables. En poco tiempo, una persona llegó con una bandeja llena de pequeños postres tentadores, junto con una selección de tés y cafés.


Jinwoo se encontraba nervioso, casi tembloroso, mientras miraba las deliciosas tartaletas de moras que se encontraban frente a él. Su cuerpo parecía estar paralizado por la ansiedad, sus ojos bajos y su mente en blanco. 


Mientras tanto, Han Seo observaba en silencio la mesa de postres, preguntándose si Jinwoo tenía algún tipo de preferencia por los sabores dulces, salados o agridulces. No podía evitar sentir curiosidad sobre los gustos culinarios del otro hombre. 


Sus ojos también recorrieron el porta café y el calentador de agua para té, demostrando su cuidadosa atención a los detalles incluso en situaciones informales como esta.


Una sensación de impotencia y vergüenza se apoderó de él. ¿No era ridículo? Después de dos años viviendo juntos como esposos, no ser capaz ni siquiera de saber qué bebida prepararle. Se sintió diminuto, como una marioneta en manos de alguien más. 


— ¿Al señor Han Seo le gusta el café o prefiere el té?


Con una voz suave y una expresión cálida en su rostro, Kim Jinwoo extendió un pequeño plato decorado con elegantes detalles dorados y adornado con diminutas pinzas para sujetar los postres. Sus acciones eran siempre gentiles y amables, como si su corazón siempre tomara la iniciativa antes que su mente. Y mientras él demostraba esta bondad sin esfuerzo, el otro permanecía paralizado ante él, sin saber cómo responder a esa generosidad y ternura. 


Era una sensación familiar para él, esa constante preocupación de perder a alguien importante. Pero en ese momento, se dio cuenta de que la persona frente a él ya la había perdido una vez. ¿Era merecedor de una segunda oportunidad?


— Siempre has sido tan amable…


Con una sonrisa melancólica, Han Seo tomó las pequeñas pinzas y con cuidado colocó una pequeña tarta de aspecto delicioso sobre el platillo de porcelana de Jinwoo. Con un gesto elegante, le ofreció una taza de té blanco perfumado con jazmín y lo sirvió con manos temblorosas pero seguras. El aroma dulce del té llenaba el aire y se mezclaba con la fragancia de las flores que adornaban la mesa. Los rayos de sol entraban por la ventana, iluminando suavemente la escena y creando un ambiente cálido y acogedor. Han Seo admiraba a Jinwoo mientras éste disfrutaba su té y sabía que esta sería una memoria que guardaría para siempre en su corazón.


— ¿Eso es lo que dice? Solo me ha visto una vez, señor. ¿Qué desea de mí? ¿Fue pura coincidencia que alguien como usted estuviera en el hospital ese día? ¿Supo dónde vivía sin que se lo dijera? Y ahora quiere conocer a la persona que escribió este libro... ¿Cree que soy tan ingenuo? No conozco sus intenciones, pero en el pasado ha sido amable conmigo... Así que considere esto como un gesto amistoso de gratitud.


En un instante, los ojos que antes temblaban con incertidumbre se tornaron glaciales y lo escudriñaron sin piedad.


— … Y lamento mencionarlo, pero no me gusta el té. 


Por unos instantes, Han Seo se quedó sin aliento.


***


Tras parpadear varias veces, Han Seo pensó si lo que habían visto sus ojos y percibido sus oídos era real.


— Qué.. ¿A qué se refiere?


Jinwoo miró a su oponente y tomando suavemente la taza de té que le extendió con antelación bebió un sorbo.


— Sr. Kim Jinwoo,  no está obligado a beberlo si no le gusta.


Los ojos de Kim Jinwoo miraron con una ligera sorpresa a Han Seo.


— No es mi favorito, pero no está mal…  Aún espero por su respuesta.


'¿Qué está sucediendo?'


Un sudor frío y punzante recorrió la espalda de Han Seo, congelando cada uno de sus poros. Era imperdonable, simplemente no podía ser real. Sin embargo, estaba seguro de haber escuchado esas mismas palabras antes. La actitud de Jinwoo era desconcertantemente contradictoria: su voz suave y tranquilizadora contrastaba con su mirada oscura y penetrante. 


Y justo cuando Han Seo intentaba entender lo que estaba sucediendo, más palabras salieron de aquella hermosa boca pequeña como un susurro melódico en medio del caos. 


— Sé que usted es el hijo de una familia importante,  ¿Por qué busca a un pobre escritor? ¿Qué quiere de mí? Mi tiempo es limitado, si no obtengo una respuesta… Una que tenga sentido, me retiraré.


— ...


Han Seo permaneció en silencio durante un tiempo y después hizo una inusual petición.


— ¿Puedo tocarte?... Por favor, solo un poco… Tú rostro, después te diré lo que tu quieras… Por favor…  Solo eso… Sr. Kim Jinwoo. 


La taza golpeó con fuerza la superficie de la mesa. Y los ojos brillantes color miel se mostraron sorprendidos. Jinwoo abrió la boca, como si quisiera hablar, pero no pudo decir nada.


El escuchar esa petición absurda le hizo palpitar el corazón aceleradamente. Pero… Por alguna extraña razón, su cabeza asintió tímidamente moviéndose hacia arriba y hacia abajo lentamente.


Todo su rostro se tiñó de un rubor rosáceo. 


— ...


Meticulosamente, la mano grande de Han Seo se elevó hacia su pálida piel, como si estuviera esperando su permiso para acercarse. Jinwoo notó cómo su cuerpo comenzaba a temblar, pero permaneció inmóvil mientras las cálidas yemas de los dedos de Han Seo tocaban suavemente su mejilla.


La palma de la mano del hombre acarició su rostro con una delicadeza que lo hizo sentir extraño. Nunca antes había recibido esa clase de afecto, pero su cuerpo no se sintió incómodo. Era como si... como si hubiera estado esperando ese tipo de amor durante mucho tiempo.


Un sentimiento abrumador de pérdida y nostalgia lo invadió al mismo tiempo, pero su cuerpo estaba paralizado por la caricia superficial. Era como si cada centímetro de él anhelara más contacto y ternura, como si fuera un parche sediento en medio del desierto.


[Plup… Plup.]


Unas suaves y transparentes gotas, como pequeñas perlas líquidas, cayeron con delicadeza sobre la superficie de madera de la mesa. Jinwoo sintió cómo sus ojos húmedos dejaban caer lágrimas gruesas y pesadas, a lo largo de sus mejillas. 


La sensación era extraña: un dolor punzante y agudo, pero a la vez placentero y embriagador. Jinwoo no logró comprender por qué aquello le afectaba tanto, pero sabía que era una experiencia poderosa e intensa.


— … Yo… Lo siento, me arden los ojos.


Sacando el pañuelo que le habían extendido con gentileza hace unos momentos, Jinwoo presionó suavemente sus párpados, uno por uno, para secar las lágrimas. La tela del pañuelo se encontraba tibia de su contacto con la mejilla de Jinwoo. Han Seo limpió con cuidado cada rastro de lágrima de sus ojos, y en ese momento Jinwoo notó un inexplicable brillo en su mirada.


Ese hombre, frente a él… Se veía muy triste.


Era más que tristeza, era como si una densa aura de soledad lo rodeara, haciéndolo parecer frágil y vulnerable.


El corazón de Han Seo latía con fuerza, sintiendo una desesperación terrible y un fuerte impulso de golpearse contra el duro cemento. Esta era su primera reunión y ya había hecho llorar a Jinwoo… Era un bastardo sin duda. Sin embargo, el simple acto de sentir el calor corporal de Jinwoo fue reconfortante para él. 


A diferencia de la última vez que se vieron, donde su cuerpo estaba frío y pálido como el de un fantasma, ahora sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas, indicando vida y calidez.


— Lo siento, por hacer sentir incómodo al Sr. Kim Jinwoo.


— Solo… Yo… Deseo que sea sincero conmigo, ¿es una persona con buenas intenciones?


Han Seo estuvo a punto de reírse, pero reprimió sus intenciones. ¿Una persona con malas intenciones respondería a esa pregunta honestamente? 


— No.


— ...


— No soy una persona con buenas intenciones.


Las cejas del rostro de Kim Jinwoo se elevaron en ángulo. No entendía el comportamiento de esa persona en absoluto y sentía una gran alarma de alerta sonando en cada rincón de su cerebro. Pero no era capaz de actuar.


— ¿Por qué?...



El corazón de Han Seo latía con fuerza dentro de su pecho, mientras el aire parecía escaparse de sus pulmones. Sintió como si su corazón se detuviera por un momento cuando miró fijamente los ojos penetrantes de Jinwoo. La emoción y la tensión en el aire eran palpables, Han Seo contuvo su aliento mientras esperaba lo que vendría a continuación. 


Finalmente, exhaló lentamente, permitiendo que las palabras salieran de sus labios con una mezcla de incredulidad y emoción.


— Estoy enamorado de Jinwoo…


Los brillantes y cálidos ojos color miel de Jinwoo se abrieron de par en par, revelando un brillo casi sobrenatural. En ese momento, Han Seo comprendió la locura y el riesgo que significaba abrir su corazón de esa manera. Pero también sabía que era la única forma de dejar atrás los errores de su vida pasada. 


Había evitado durante mucho tiempo expresar las palabras que guardaba en lo más profundo de su ser, sin siquiera ser consciente de su verdadero significado. Pero ahora, esas palabras debían salir a la luz.


Se sentía en deuda con él... Recordó las duras palabras plasmadas en el diario donde Jinwoo se despreciaba a sí mismo por no cumplir con las expectativas de Han Seo. 


El simple hecho de recordar aquello le provocaba una opresión en el pecho, como si su corazón no pudiera soportar tanto dolor. 


Han Seo habló con sinceridad. 


Pero las palabras que llegaron a los oídos de Jinwoo eran extrañas. 


¿Por qué una persona confiesa amor con una expresión tan desolada?’ 


Han Seo observó con fascinación mientras Jinwoo comenzaba a morder su labio inferior, una señal evidente de que algo lo estaba perturbando. Sus dedos también se movían inquietos, como si intentaran aliviar una tensión repentina. Aunque sabía que era absurdo y poco realista, Han Seo no podía evitar sentirse atraído por ese gesto. Tomó una decisión en ese momento: estaba dispuesto a correr el riesgo sin importar el resultado. El ambiente estaba cargado con la electricidad del destino, y Han Seo se sentía listo para enfrentarse a él.


— Sé que mis palabras pueden sonar…


— ¿Cuándo fue…?


Las palabras de su discurso fueron cortadas por la voz de Kim Jinwoo. Quien lo miraba con un rostro impregnado en un color rojo, incluso la punta de sus orejas estaban teñidas de ese rubor y sus ojos brillaban con una curiosidad inocente.


— ¿Cuándo fue que se enamoró de mí?...


— Desde el momento que lo vi por primera vez.


Los ojos de Han Seo permanecieron clavados en Jinwoo, sin duda ni titubeo. Su mirada era intensa y penetrante, como si pudiera leer cada pensamiento en la mente de Jinwoo. 


Jinwoo deseaba poder enterrar su cabeza en la tierra y desaparecer en ese momento. Anhelaba ser una avestruz, escondiéndose de todo lo que estaba sucediendo a su alrededor. Su corazón latía con fuerza y sus palabras se ahogaban bajo una lluvia de pensamientos caóticos.


Era como si estuviera viviendo una novela romántica... ¿Fue amor a primera vista? Sentía tanta vergüenza que todo su ser parecía estar ardiendo y sus mejillas quemándose. 


Algo en lo profundo de su corazón vibraba de alegría, pero también había un sentimiento melancólico presente. No podía entender por qué estaba a punto de empezar a llorar; quizás estaba abrumado por la emoción tan fuerte e inesperada. 


— ¿Cuál era su nombre?


Preguntó Jinwoo avergonzado… Fue tanta la impresión que le dejaron las palabras de esa persona que, en ese momento, se percató que había olvidado incluso el nombre del Alfa que estaba declarando su amor. 


— Han Seo.


— ¿Seo… Han?



Un escalofrío repentino recorrió el cuerpo de Jinwoo, como si una ola helada lo hubiera golpeado. Su corazón se apretó con dolor y fue invadido por una avalancha de emociones contradictorias, cuyos orígenes desconocía por completo. Una alarma ensordecedora comenzó a sonar en su mente, como si algo desesperadamente le estuviera gritando que saliera de allí. Sin embargo, pensó.


‘Incluso si saliera de aquí ahora… ¿A qué destino voy a llegar?’


Jinwoo recordó las palabras de su padre. Después de sufrir el desprecio de la familia Kim, no hubo momento alguno en el que no fuera atacado o agredido por alguno de ellos. Ese resentimiento era mucho mayor que las emociones desconocidas que ese hombre le provocaba. 


‘¿Puede alguien amar a un Omega?’


En la mente de Jinwoo, se vinieron las palabras de su padre. Su padre ‘amaba’ a su madre… Si eso era así, Jinwoo no deseaba esa clase de amor por parte de un Alfa. Sin importar el respeto a la memoria de un muerto, su padre habló palabras hirientes sobre su madre hiriendo su memoria.


Los ojos de Jinwoo miraron el libro que Oh Minji había escrito. Fue un plan que elaboró y le representó un trabajo arduo con el objetivo de tener recursos para salir de esa familia. Y por alguna extraña razón, justo en el momento preciso, llegaba ese Alfa chaebol de la nada, declarando su amor.


¿Eran palabras que pudiera creer…?


No.


Jinwoo pensó en la respuesta que recibió hace unos momentos. El Alfa Han Seo, dijo que no tenía buenas intenciones y no era el lugar ni el momento para jugar ese tipo de bromas. 


Jinwoo llegó al final del camino. En su mente se dibujó una balanza de la cual dependería su decisión. 


Un hombre sin buenas intenciones, o una familia en igualdad de circunstancias. De un modo u otro, su padre lo terminaría arrastrando hacía ese hombre. Jinwoo comenzó a sentir como su cuerpo se impregnaba de una suciedad invisible.


Pero, de un modo u otro… Permaneciendo dentro de su familia llegaría el día en el que moriría víctima de los ataques impulsivos de su Hyung. Siendo consciente de ese hecho, sus labios se abrieron después de mucho tiempo.


— Creo que es… Un lindo nombre, Sr. Han Seo.


Kim Jinwoo sonrió falsamente y aunque fue una representación perfecta. Han Seo conocía esa sonrisa demasiado bien. Era el tipo de sonrisa que siempre miraba debajo de los ojos hinchados de su cónyuge.


Sin importar lo que hiciera, por un momento la idea de no poder salir de ese círculo de acciones predeterminadas a suceder lo abrumó. 


¿Sin importar que vida fuera… Era un hecho que solo estaba allí para hacer sufrir a Jinwoo?


Los puños de la mano de Han Seo se apretaron con fuerza.


***


— Me siento halagado, por supuesto que comparado con él suyo, el mío no es tan lindo.


— ¿Comparado con cuál? Aún no estoy seguro de entender al Sr. Han Seo, ¿Está enamorado de mí o de Oh Minji? Pero… Hay algo que no entiendo de todo esto. 


Las cejas de Han Seo se elevaron ante las palabras de Kim Jiwoo, en ese momento, su corazón estaba latiendo tan aceleradamente ante el simple hecho de verlo respirar frente a él, que haría lo que fuera con tal de que ese pequeño espacio entre ellos perdurara por siempre.


— Puedo responder a todas las preguntas que el Sr. Kim Jiwoo tenga… Tampoco deseo que se sienta presionado o comprometido con mis sentimientos, solo quise ser sincero respecto a ellos.


— Mmmm, ¿No es el amor lo más hermoso en este mundo? Aún así, ¿le declaró un sentimiento tan hermoso a alguien, con una expresión como si hubiera olido petróleo? ¿Puede entrar por los ojos de una persona? Creo que… El Sr. Han Seo sólo tiene interés sexual en mí. No me explico de qué otra manera esté actuando como un hombre ansioso.


‘¿Interés sexual?’ Las palabras que se vertieron de forma inesperada provocaron que el cerebro de Han Seo dejara de funcionar en ese momento. Definitivamente un Alfa y Omega tenían una relación basada en la sexualidad, pero jamás fueron sus intenciones. Con una sería expresión, Seo Han elevó su brazo, definitivamente Kim Jinwoo tenía algo que lo llevaba al límite de la locura.


Kim Jinwoo, miró como la mano se acercaba a él, pero tenía curiosidad por las intenciones de esa persona. Era un lugar público por lo que una agresión física sería improbable. Lo pensó por un momento y decidió que estaba en una zona “segura”.


Inesperadamente, una caricia rozó su piel. Fue algo tan suave, que el toque de la mano contra la piel de esa persona, apenas alcanzó la suya. ¿Por qué ese hombre era tan contradictorio?


— Me siento herido…


— ¿Qué?


El rostro delante de él se quebró. 


En ese instante, la garganta de Han Seo parecía contener miles de filosas agujas y su pecho parecía estar siendo golpeado por cuchillos. Aun así habló. En un tono mucho más serio que antes.


— Mi corazón sintió dolor cuando supe que Kim Jinwoo era golpeado por su familia… Un ser tan precioso como tú, no debería ser tratado así.


— ¿Eh…?


Los ojos de Kim Jinwoo se abrieron de par en par , sus labios temblaron y todo su cuerpo se tensó ante esas palabras. ¿Lo sabía? ¿Cómo?... 


— ...


Han Seo, en ese instante, percibió que detrás de esa personalidad tan transparente, los pensamientos fluían con una claridad sorprendente. Kim Jinwoo era ese tipo de individuo: sus emociones eran como un libro abierto, siempre expresadas de manera pura y sin filtros. Ya fuera dolor, alegría, tristeza o curiosidad, sus sentimientos se reflejaban claramente en cada gesto y mirada. No había máscaras ni juegos de palabras para ocultar lo que verdaderamente estaba sintiendo. Era un ser auténtico y genuino en todas sus facetas.


— Jamás pensaría en ti de esa manera. Por supuesto, sería una mentira si dijera que el cuerpo de Kim Jinwoo no me gusta. Pero nunca, ni por un instante, pensaría en usted de esa forma. Y tampoco espero que corresponda mis sentimientos ahora… Sin embargo… No puedo quedarme con los brazos cruzados al ver a la persona que amo siendo agredida por malas personas… Incluso si son de su familia.


Kim Jinwoo era muy consciente de su situación. Por supuesto que eso fue lo que lo arrastró a ese lugar en primer lugar. Cosas como el amor… No eran posibles para él, no después de vivir bajo la clase de amor que se demuestra rompiendo costillas, su clavícula, incluso sus piernas y brazos.


Lo que llevó a su madre a la muerte fue el amor de su padre… 


Kim Jinwoo no necesitaba amor… No esa clase de amor a la que estaban acostumbrados los Alfas. Pero tampoco tenía los medios para renunciar a la familia Kim. Y su padre, jamás le permitiría la emancipación como Omega independiente. 


‘Me mataría antes que eso’.


Sus ojos turbios no podían dejar de ver al hombre delante de él. Era una persona que no era fácil de predecir. Kim Jinwoo pensó que esa sonrisa de idiota enamorado era desagradable, pero no podía negar que el sujeto era muy guapo y más que perfecto para sus planes. 


El amor que siente un Alfa por un Omega no es un sentimiento racional. Solo es producto de la mezcla instintiva de la feromona del uno con el otro.


Entonces, el simple hecho de tener a esa persona delante de él, hablando palabras absurdas como el amor a primera vista, casi hace que Kim Jinwoo se riera en su cara. 


— ¿Cómo lo supo…? Nadie sabe de mí… Mucho menos podrían saber lo que hago. Sr. Han Seo, no me gustan las mentiras… Son… Dolorosas.


‘Será doloroso para mí vivir en una fantasía’. Esas palabras, Han Seo ya las había escuchado antes.


Con las manos temblorosas, Han Seo ajustó su traje de boda frente al espejo. El conjunto tradicional negro estaba adornado con una sola flor blanca en la solapa, un símbolo de pureza y amor. Inevitablemente, sus pensamientos se dirigieron hacia lo irónico de su situación. Sus padres también se habían casado de manera similar y habían logrado construir una familia perfecta. Sin embargo, él no podía evitar sentir que algo faltaba en su corazón. No estaba seguro si este matrimonio era realmente lo correcto para él.


— Hijo, vamos… El novio tiene que recibir a su pareja. 


— ... Padre…


Han Yeo miró a su hijo Han Seo con una mezcla de tristeza y desánimo. En ese momento, se dio cuenta de lo poco que había pasado como padre con él. A pesar de ser un joven exitoso en los negocios, todavía había cosas en las que era inexperto. Pero ¿cómo podía esperar que alguien le enseñara sobre el amor verdadero? Ese tipo de amor, que es capaz de conquistar el corazón de la persona amada, no se puede aprender en ningún manual, ni se puede enseñar en ninguna escuela. Es un sentimiento innato que surge desde lo más profundo de los corazones.



— Hijo, cuando conocí a tu madre… Realmente pasamos muchas experiencias juntos. Lo que viste durante tu vida fue el resultado de un amor que había madurado con el tiempo. Ese tipo de amor no llega por el simple hecho de casarse. Tienes que esforzarte, tu pareja es una buena persona pero nosotros como Alfas… ¿Cómo puedo explicarlo…? Tenemos que aprender a ver las cosas desde puntos de vista diferentes. Con el tiempo lo entenderás.


Han Seo miró a su padre. Realmente esperaba ser como él, entonces. Recibió esas palabras y las guardó en su corazón. 


[Toc… Toc.]


— Adelante.


— ¡Woow! Han Seo luce increíble… ¡Muchas felicidades por tu boda!


— ¡Tae Jun! ¿Vienes a saludar al novio? Supe que tuviste que aplazar un concierto para venir a la boda, realmente quieres mucho a Han Seo. Siendo amigos de la infancia, no podía dar un paso tan grande sin ti.


— Gracias por sus palabras, Sr. Han, estoy muy feliz por usted y su familia.


Tae Jun entró con una elegancia natural, su traje de punto gris resaltando sus músculos esculpidos y su sonrisa gentil irradiando confianza. Al verlo, Han Seo sintió un cosquilleo extraño en su estómago, un nerviosismo que no podía explicar.


— Tae Jun… ¿Tú eres un Omega cierto?


— Han Seo se olvida de mí el día de su boda… Qué doloroso… ¡Ay! jajaja. 


Mientras su mejor amigo se reía de él, Han Seo pensó que sería buena idea preguntar en ese momento. 


— ¿Qué observas cuando miras a un Alfa?


Los ojos de Tae Jun, normalmente fríos y distantes, se nublaron en el momento en que Han Seo hizo esa expresión. Fue un instante fugaz, apenas perceptible, pero algo extraño y misterioso cruzó por su rostro en cuestión de segundos. Un velo oscuro parecía cubrir su mirada, ocultando sus verdaderos pensamientos y emociones. Como si estuviera luchando contra una fuerza invisible, Tae Jun mantuvo su compostura rígida y controlada, pero su interior estaba en tumulto. Sus ojos reflejaban una tormenta interna que amenazaba con desbordarse en cualquier momento.


— Han Seo, tu boda está por comenzar, conocí a tu prometido hace unos momentos, es un Omega agradable. Seremos buenos amigos en el futuro. Además, Han Seo será un esposo perfecto. No tienes porqué preocuparte. ¡Vamos que si llegas tarde será una mala señal!


En un impulso repentino, Tae Jun rodeó con sus brazos el cuerpo esbelto de Han Seo y lo jaló un poco. La música de ambientación creaba un espacio íntimo y alegre, perfecto para una boda. Con movimientos elegantes, Tae Jun acomodó el boutonnière* prendido en el traje impecable de Han Seo, asegurándose de que cada pétalo estuviera en su lugar antes de dar un paso atrás para admirar su trabajo. El aroma dulce de las flores llenaba la habitación, mezclándose con los nervios y emoción en el aire. Ambos hombres se miraron a los ojos con una mezcla de satisfacción

.

*Adorno floral que llevan los novios colocados en la solapa izquierda de la americana de su traje. Esta flor o composición floral, también llamada prendido, sirve para distinguir al hombre protagonista del gran día del resto de invitados.


En ese momento, una extraña sensación provocó un escozor en la nariz de Han Seo. Sutilmente se llevó el dedo y rozó la punta de sus fosas nasales. El extraño aroma dulce fue ligero pero lo suficientemente fuerte para ser notado. 


En ese momento, después de unos minutos de demora, las puertas se abrieron.


Un joven de cabello dorado, cuyos mechones brillaban con destellos de luz bajo los rayos del sol, entró en el salón. Su silueta era delicada y su cintura estrecha, con unas piernas largas y estilizadas que parecían desafiar la gravedad. Han Seo abrió los ojos asombrado ante tanta elegancia. 


El traje blanco que llevaba puesto estaba adornado con delicado encaje y perlas, realzando aún más el tono marfil de su piel. Era como si un ser mágico hubiera aparecido repentinamente y estuviera flotando por la alfombra cubierta de pétalos de rosas blancas. 


Su presencia irradiaba un aura magnética que atrajo inmediatamente la atención de Han Seo. Cuando sus ojos se encontraron, el corazón de Han Seo dejó de latir por unos segundos. ¿Podrían ser los ojos de ese chico tan hermosos? El color de sus iris era como tener el cielo acompañado del sol. Un sentimiento extraño invadió a Han Seo, haciéndolo sentir como si estuviera flotando en las nubes por primera vez. 


Con pasos silenciosos, la persona avanzó frente a él, hipnotizando con su gracia y belleza a Han Seo. 


— Les deseo felicidad y buena fortuna. 


El hombre que estaba junto a su prometido era el padre de Kim Jinwoo, quien estaba sonriendo mientras entregaba la mano de su hijo al novio, como era costumbre en las bodas occidentales. 


Han Seo tomó la mano de Kim Jinwoo, cuyas mejillas estaban teñidas de un profundo rubor. Sus pasos se sincronizan a los de Han Seo para estar a la misma altura.  En el momento en que la ceremonia comenzó, algo cambió en el rostro del chico. Una expresión de sorpresa y felicidad se congeló en su rostro mientras su cuerpo se acercaba más al de Han Seo. Los ojos de Kim Jinwoo se posaron en el boutonnière que adornaba el saco del novio, y luego volvieron hacia atrás.


Allí estaban, los padres de Han Seo, sonriendo con una expresión amistosa y radiante. Tae Jun, el amigo de Han Seo, miró directamente a Kim Jinwoo. En ese momento, los ojos de Kim Jinwoo se encontraron con los de Han Seo y después se desviaron tímidamente hacia el suelo. 


Mientras intercambiaban sus votos, Han Seo no pudo evitar notar el comportamiento extraño de Kim Jinwoo. Había algo en su rostro, como si hubiera sido cubierto por un polvo extraño. 


‘¿Por qué maquillar un rostro tan hermoso?’


Fue extraño, Han Seo pensó que quizá era por los lunares diminutos que adornaban la piel de su pareja, pero cuando miró más de cerca, estos no estaban maquillados. Pensó que quizá era algo particular del novio Omega. 


Aun así, la sensación distante entre ellos se hizo más clara con el paso de la celebración. Han Seo pensó que solo se trataba de un hecho aislado, pero no era así. 


— Jinwoo, ¿Puedes venir conmigo un momento?


— ... Si.


Con paso firme y decidido, Han Seo condujo a Kim Jinwoo lejos de los invitados hacia un rincón más privado. Subieron una pequeña escalera que llevaba a un balcón con la vista de la luna en todo su esplendor y un jardín adornado con fuentes luminosas. Con una sonrisa en el rostro, Han Seo había preparado una mesa elegante con velas encendidas y una botella de champagne cuidadosamente seleccionada para la ocasión. Recordando los gustos de su ahora esposo, había optado por un sabor dulce y afrutado que sabía que sería del agrado de Kim Jinwoo. El ambiente era romántico y acogedor, perfecto para celebrar su amor recién declarado.


— Deseo hacer un brindis con usted.


— ¿Eh…? Oh… Si.


Ruborizado hasta las orejas, Kim Jinwoo asintió con la cabeza en señal de acuerdo. En ese momento, Han Seo notó que era un chico extremadamente tímido y tuvo que contener una risa inadvertida. 


Al entregarle la copa, las manos de Jinwoo temblaron ligeramente, como si fueran a dejar caer el precioso líquido en cualquier momento. 


— Gracias Sr. Han Seo.


— ¿Señor?... ¿No cree que sería malo hablar con formalidad entre esposos?


— Lo siento, fue porque el Sr. Han Seo… Perdón. Fue porque mi esposo me llamó formalmente antes.


— ¿Es así? Me disculpo…


Al cruzar las copas en un momento de silenciosa camaradería, Han Seo contempló con fascinación el rostro hermoso de Kim Jinwoo, iluminado por los rayos plateados de la luna. ¿Acaso ese rostro siempre resplandecerá así? Una sonrisa se dibujó en los labios de Kim Jinwoo mientras sus ojos se arrugaban ligeramente al posarse en el boutonnière que llevaba en su solapa. Era un gesto involuntario que hacía cada vez que lo veía


— ¿No te gusta…? Si te molesta el adorno puedo retirarlo—


— No… No es eso… Se ve bien en Han Seo.


— ¿Entonces…? No pude evitar notar que tu mirada era extraña.


— ... Huele a flores… Huele mucho a flores… 


Las risas de Han Seo retumbaron en el aire, y se dio cuenta de que su esposo tenía un sentido del olfato extraordinariamente desarrollado. Se preguntó si era algo común en los Omegas, algo que nunca antes había notado. Los pocos Omegas con los que había salido en el pasado nunca habían actuado de esa manera, tan conscientes de su entorno y tan sensibles a las sutiles fragancias del mundo 


— Hay algo que desees, Jinwoo. Si es así, me encargaré de dartelo.


— ¿Lo que sea?


El tono curioso y melodioso de la voz se filtró en los oídos de Han Seo, despertando algo dentro de él que no esperaba. Era como un suave susurro que le acariciaba el alma y lo hacía sentir vivo. Como una brisa cálida en medio del invierno. 


La curiosidad se apoderó de él, haciéndolo ansiar escuchar más de esa voz misteriosa e intrigante. Nunca antes había sentido una sensación tan estimulante en su interior, como si sus sentidos estuvieran siendo encendidos por primera vez.


— Si me pides la luna… Podría tardar un poco, pero estoy seguro que podríamos buscar una empresa espacial para adquirirla.


— Es muy gentil.


— ¿Entonces? ¿Qué puedo hacer por ti?


— Ahora que estamos casados, ¿Puede prometerme algo? Solo una cosa… Soy torpe e inexperto… Aún así, daré lo mejor de mí para ser un buen compañero… Entonces, cuando haya algo de mí que no le agrade… Por favor hágamelo saber en ese momento… De lo contrario… Será doloroso para mí vivir en una fantasía. 


— ¿Qué...? Bien, de acuerdo.


Las palabras de Jinwoo resonaron en la mente de Han Seo, llevando un tono reconfortante y amable. Sin embargo, no pudo evitar notar la sombría mirada que su cónyuge le dirigía mientras sostenía el boutonnière entre sus dedos. Han Seo sintió una extraña incomodidad y decidió deshacerse del objeto inmediatamente, como si fuera un recordatorio incómodo de algo desconocido. 


— Gracias…


Fueron las palabras pronunciadas con una emoción genuina que Kim Jinwoo nunca había mostrado antes. Su sonrisa, cálida y sincera, iluminó su rostro de manera inesperada.


Sin embargo, en ese momento Han Seo era ignorante. No tenía idea del hecho que pronto descubriría al leer el diario de Jinwoo. Por dos años enteros.


Durante todo ese tiempo, había sido tan ciego que no notó los moretones ocultos bajo el maquillaje en el rostro de su esposo Omega. Pensaba que era algo común entre aquellos que se casaban con un Alfa como él. 


Tampoco se dio cuenta de la verdadera razón por la cual Jinwoo siempre rechazó con esos hermosos ojos agudos el ramillete de flores. Nunca percibió la feromona disfrazada en ese pequeño y aparentemente inofensivo accesorio.


Nunca supo lo atroz que fue aquel día para su amado esposo... Ni lo mucho que sufrió a manos de su hermano mayor. 


Hasta ahora, finalmente podía comprender lo increíblemente bueno que era Jinwoo para esconder sus emociones detrás de una sonrisa falsa y perfecta. 


***


Los recuerdos de Han Seo se agolparon en su mente mientras miraba las páginas desgastadas del diario. Recordó vívidamente el momento en que lo recibió, después de la muerte de Kim Jinwoo, y cómo fue la primera vez que supo de la existencia del maquillaje cubriendo un golpe sobre su rostro, provocado por su hermano mayor.


La imagen de Kim Jinwoo sosteniendo su mano en el salón y acercándose a él con una mezcla de incredulidad y deseo aún estaba grabada en su mente. En ese momento, Kim Jinwoo había pensado que Tae Jun era su amante debido a la fuerte feromona sexual que emanaba de él, impregnada en el ramillete de flores que llevaba sujetado en la americana de su traje.


¿Cómo se disculpaba uno con una persona ya fallecida? Han Seo había rechazado aceptar la realidad de su muerte, negándose a visitar los lugares donde descansaban su ex esposo e hijo. 


Pero ahora, esa persona estaba frente a él, y no podía expresar las palabras pendientes como una deuda de su vida pasada.


Aunque fuera difícil, si lo único que podía hacer para darle seguridad a Kim Jinwoo era decir verdades a medias, entonces lo haría sin dudarlo.


— La primera vez que lo supe fue por la fractura de tus costillas. Te vi llegar al hospital universitario… Yo estaba allí por un asunto referente a una donación, no pude evitar escuchar a los médicos conversar sobre el resultado de la placa de su pecho… Lo lamento, cuando nos encontramos por accidente en el hospital la última vez, supe que la situación no había cambiado.


'¿El accidente? La vez que Hyung me golpeó de esa manera fue hace varios años… ¿Desde entonces tú has…?'


— ¿Allí te enamoraste? ¿Te enamoraste de la imagen de un Omega patético que no puede defenderse a sí mismo?


— No… No fue allí realmente… La primera vez que te vi, fue en…


[Bip.. Bip… Bip...]


Las palabras que estaban a punto de ser expulsadas se interrumpieron por el sonido de llamada del teléfono de Han Seo.  


— Lo siento 


— No se preocupe, el Sr. Han Seo debe de ser una persona ocupada.


Cuando Han Seo se levantó para responder a la llamada, Kim Jinwoo sintió que su corazón iba a salir disparado de su pecho. Un torrente de emociones lo invadió, haciéndo sentir como si estuviera atrapado en un remolino de sentimientos. Cada respiración se volvió difícil y pesada, como si algo denso estuviera obstruyendo su garganta. Un dolor penetrante atenazaba su pecho y un aliento gélido se infiltró en sus pulmones. El ambiente a su alrededor se volvió frío e inhóspito, como si el universo mismo estuviera conspirando contra él en ese momento de angustia. 


— Ugh…


Jadeó con fuerza, sintiendo como su pecho se abría y cerraba rápidamente en un intento por controlar la intensidad de su respiración. Sus ojos se cerraron con fuerza, dejando caer lágrimas involuntarias que rodaban por sus mejillas. 


Un dolor punzante e inexplicablemente intenso se apoderó de su cuerpo, haciéndolo temblar de pies a cabeza. Se llevó una mano al pecho mientras trataba de comprender lo que estaba sucediendo. ¿Qué era ese dolor tan agudo y opresivo? De repente, sintió como algo atascado en su garganta comenzaba a hacer fuerza, amenazando con ahogarlo.


— Cof… Cof…


Sujetando el pañuelo con la mano temblorosa, Kim Jinwoo lo presionó contra su boca en un intento desesperado por sofocar una tos violenta que lo tomó por sorpresa. El dolor que le invadió fue casi comparable a las fracturas de costilla que había soportado años atrás. No, esta vez era tres veces más intenso y agudo.


Un escalofrío repentino sacudió su cuerpo, haciéndolo sentir como si estuviera a punto de congelarse en ese mismo lugar. Sus manos, antes ágiles y fuertes, ahora se volvían lentas e inútiles. Con todas sus fuerzas, Kim Jinwoo luchó por controlar su respiración, alejando lentamente el pañuelo de su boca. Pero cada inhalación era un esfuerzo sobrehumano mientras luchaba contra el frío que amenazaba con apoderarse de él.


— ¡...!


Ante sus ojos, se extendía una gran mancha de sangre, mezclada con trozos de membrana mucosa. El líquido carmesí cubría cada milímetro de la superficie del pañuelo, como si fuera un lienzo pintado por un artista macabro. En ese momento, se sintió aliviado de estar solo, pero su mente quedó en blanco ante esa imagen impactante y perturbadora. El olor metálico del hierro inundó sus fosas nasales, diciéndole a su mente que estaba presenciando algo muy real y no solo una pesadilla.


[Biiiiiiiiiiip.]


Un agudo y estridente pitido impactó sus oídos con una fuerza inesperada, sacudiendo su cuerpo de forma violenta. La sensación familiar de ese dolor comenzó a adormecer su mente y llenar su corazón de ansiedad. Kim Jinwoo estaba seguro de que jamás había experimentado algo así antes, y sin embargo, la mancha estaba allí, como una sombra persistente en su conciencia. Una sensación de temor se apoderó de él mientras luchaba por mantener la calma ante el incesante sonido ensordecedor.


— Entonces, háganlo lo antes posible… 


Mientras los pasos de Han Seo se acercaban, el corazón de Kim Jinwoo empezó a latir con fuerza. Tenía en sus manos el delicado pañuelo manchado de sangre, pero no sabía qué hacer con él. La seda blanca ya estaba teñida de rojo y sabía que sería difícil quitar la mancha. 


Con un nudo en su pecho, Kim Jinwoo dobló cuidadosamente el pañuelo para ocultar la terrible evidencia y lo arrojó a la basura. Luego, volvió a su asiento mientras trataba de sofocar la sensación abrumadora de culpa y dolor en su interior. La presión en su pecho finalmente desapareció, pero una profunda tristeza permaneció en su lugar.


— Lo siento… Fue grosero de… ¿Sr. Kim Jinwoo?


Al regresar, Han Seo llevaba en su rostro una expresión gentil y cálida que contrastaba con la tensión del ambiente. Sin embargo, cuando vio lo que estaba sucediendo, su rostro se endureció en un instante. Jinwoo notó cómo la amabilidad se desvaneció de sus rasgos, reemplazada por una dura máscara de determinación. 


— ¿Eh…? No… Descuide…


Han Seo avanzó sin haber terminado de hablar, se colocó frente a Jinwoo e inclinó una rodilla para quedar a su altura. En el momento que la sombra de una gran palma cayó sobre el rostro de Jinwoo, éste cerró los ojos y encorvó sus hombros ante el reflejo de un golpe anticipado. Su cuerpo comenzó a temblar, esperando lo peor.


Sin embargo, una sensación de calor cubrió su frente. 


Ante esa estimulación inesperada, Jinwoo abrió sus ojos con sorpresa. La expresión endurecida de Han Seo era algo que no había visto hasta ese momento. ¿Por qué lucía tan preocupado?


— ¿No se siente bien? Está empapado en sudor… Su piel… Se siente fría… ¿Por qué?... Yo… Lo siento, debí haber cuidado mejor de Jinwoo… Debí haber sido más cuidadoso y no dejarlo solo… Lo lamento tanto… Yo… lo siento, lo siento mucho… Por mi culpa enfermó… Lo lamento.


Jinwoo, que no entendía el comportamiento del hombre frente a él, lo llamó.


— Sr. Han Seo.


— Fue mi culpa… Jinwoo.


— ¡Sr. Han Seo!


— ¿Eh?


Ante el tono de voz elevado de Jinwoo, Han Seo lo miró con una expresión de sorpresa. Nunca antes lo había escuchado elevar su tono de voz, nunca. 


— Lo siento, no me siento muy bien ahora, ¿Podemos dejar esta reunión para otra ocasión?


— Puedo llevarlo a un hospital ahora mismo.


— ¡No!... Lo siento, ah, estuve trabajando en un nuevo manuscrito… Estoy solo cansado, creo que hemos concluido por ahora.


Han Seo miró la expresión distorsionada de Jinwoo. Si fuera por él, ya estarían yendo a un hospital. Sin embargo, si eso era algo que estaba en contra de los deseos de Jinwoo, debía de respetarlo. 


Moviendo su cabeza de un lado a otro, Han Seo notó que algo faltaba en ese momento.


— Sr. Kim Jinwoo… ¿Ha visto el pañuelo? Al menos quisiera limpiar el sudor en su rostro.


En ese instante, el cuerpo de Jinwoo quedó congelado y se tensó de una forma inusual.


— ¿El… Pa…ñuelo? Oh… ¿Eso…? Lo siento… Derramé té hace unos momentos y le pedí al empleado que lo tirara… Lo siento, le enviaré uno nuevo… Fue mi culpa.


La expresión asustada y voz titubeante… Eso era algo que no iba con la actitud de Kim Jinwoo. Han Seo sabía que estaba mintiendo. Conocía ese tono de voz más nasal que Jinwoo usaba para mentir. 


‘¿Por qué mientes…? Aún sabiendo que tienes la verdad de tu lado…  ¿Por qué mientes?’


— ¿Es así?... Bueno, no hay nada que hacer ahora.


Han Seo utilizó una servilleta de tela para poder limpiar el sudor frío en el rostro de Kim Jinwoo. Quien lo miraba con una expresión un poco aturdida. En ese instante su corazón fue golpeado por una sensación similar a la de cientos de cuchillos filosos. 


A pesar de haber regresado y estar una vez más frente a esa persona. ¿Era incapaz de protegerlo? No, él no era un hombre débil. Tenía todo en sus manos para asegurarse de proteger a su persona amada.


***


El momento en que Han Seo abrió la puerta principal de su casa, un aroma fragante se filtró a través de la entrada y lo envolvió con su encanto irresistible. Sin duda provenía de la cocina, Han Seo no podía recordar cuándo había olido algo tan delicioso por última vez. Sus pasos estaban bañados en curiosidad mientras caminaba suavemente por el pasillo hacia la fuente de ese aroma tentador.


Tras un delantal gris, una figura elegante y serena se inclinaba sobre la encimera de la cocina, sumergido en la preparación de una comida exquisita. Los rayos de luz que entraban por la ventana iluminaban su cabello y hacían brillar sus ojos como dos diamantes puros. Su atención estaba completamente enfocada en el libro de recetas frente a él y en las especias que vertía cuidadosamente en la sartén. La escena era tan cálida y armoniosa que Han Seo se quedó inmóvil por un momento, simplemente admirando a su esposo.


Ni siquiera se había dado cuenta de que Han Seo había llegado a casa; su concentración estaba totalmente dedicada al arte culinario. Cada movimiento era tan delicado y preciso, cada expresión facial estaba llena de gracia y ternura. El brillo en sus ojos parecía reflejar todo el amor y el sol más puro del mundo. Para Han Seo, era como si estuviera mirando a un ángel cocinero en ese momento. 


‘Es tan hermoso’. 


Han Seo pensó de esa manera. Sin embargo, no fue consciente de sus propios pensamientos en ese momento. Justo cuando estaba entrando en razón, fue interrumpido.


— Bienvenido a casa.


— Si, estoy en casa.


Una suave sonrisa lo recibió. Esa fue una bienvenida tan acogedora que todo el cansancio del día se fue en ese instante y se sintió como si estuviera en las nubes.


— Han Seo ¿Has cenado? Puedes esperar en la mesa, ya casi termino. 


Han Seo abrió los ojos con sorpresa. La persona que estaba frente a la cocina estaba… ¿Estaba esperándolo? Su corazón comenzó a latir con fuerza y emoción ante ese hecho. Se sintió feliz, realmente tenía un hogar al cual llegar en ese momento. 


— Oh, lo siento. Tuve una cena de negocios hace unos momentos. ¿Deseas que te acompañe a cenar?


— No, descuida, Han Seo, debes de sentirte cansado, no es necesario que te quedes conmigo.


En ese momento lo escuchó. Una voz diferente a la usual, casi imperceptible, pero estaba allí. El sonido nasal que acompañaba las vocales. Mientras escuchaba las palabras de su esposo una sonrisa suave se dibujó en su rostro. Sin embargo, esa sonrisa era muy peculiar. ¿Cómo puedes sonreír tan bien, mientras tus ojos se tornan tan rígidos?


Han Seo permaneció en silencio. 


— ¿Es así…?


— Si, ah, ¿Deseas que prepare un baño aromático para ti? Tienes… Un olor a flores enterrado allí 


Oh… En ese momento. Han Seo esperaba palabras distintas. Sin embargo, la persona frente a él se mantuvo firme y su aura serena y tan calmada como un frío lago sin perturbar en lo profundo de un denso bosque no cambió en absoluto. 


En ese momento pensó que el hombre frente a él no estaba interesado en pasar un tiempo juntos.


— No… Puedo hacerlo yo mismo. 


Dejando el maletín porta documentos en la mesa auxiliar, Han Seo aflojó el nudo de su corbata mientras le daba la espalda a Kim Jinwoo.


— Por cierto… No me gusta el Sujebi* ¿No se supone que debería saber eso como mi esposo.


*Sopa tradicional de Corea del sur, donde el caldo es más espeso y el sabor se obtiene cociendo anchoas, cierto tipo de algas y mariscos por largo rato. Al caldo se le suman verduras como zapallo italiano, papas y zanahorias que se cuecen junto a las masitas de harina de arroz.


***


Esas palabras no eran ciertas.


Después de aquel día, Han Seo siempre encontraba una excusa para no comer en casa. Sin embargo, cuando sus ojos se posaron en el cuerpo inmóvil de Kim Jinwoo sobre la camilla del hospital, o cuando escuchó los suaves latidos del corazón de un bebé que nunca tendría en sus brazos, o incluso cuando recordaba las cálidas sonrisas de su esposo cada noche, sin importar a qué hora regresa a casa... Una sensación de opresión tomó su pecho y un dolor agobiante lo invadió. La pérdida era abrumadora. Y por primera vez desde que era adulto, Han Seo se permitió llorar. Sus lágrimas eran como un río desbordado, dejando escapar todo el dolor y tristeza acumulados en su interior


Un llanto desgarrador estalló desde lo más profundo de su corazón, una sensación de dolor tan aguda que parecía que sus entrañas se retorcían. Sin poder contenerlo, Han Seo corrió hacia la cochera y tomó el martillo con rabia. Con cada golpe, esperaba que los recuerdos de Kim Jinwoo fueran aplastados y arrancados de su mente para siempre. El metal frío del martillo chocaba contra los muebles y la cerámica, llenando la cocina con un estruendo ensordecedor. El sonido era casi tan tortuoso como el dolor emocional que consumía a Han Seo. Al final, todo lo que quedó en la cocina fue un caos de escombros rotos y un hombre exhausto en el suelo, luchando por ahogar su pena.


El sonido de los golpes resonó en la cocina, pero para él, todo quedó en silencio. Los golpes ensordecedores que estallaron a través de su cabeza y de la superficie de la cocina eran sólo una neblina distante. En cambio, lo único que podía escuchar era el sordo tamborileo del corazón débil e inerte en sus manos. La sensación de ardor en sus dedos no se comparaba con los latidos frenéticos que perforaban su pecho desde adentro hacia afuera. 


Esa casa ahora estaba llena de recuerdos dolorosos y vacíos, como si cada pared y esquina estuvieran gritando su pérdida.


Su sonrisa, su mirada, sus cálidas palabras, sus geniales acciones. Sin importar en qué rincón quisiera esconderse de esos recuerdos que caían como una lluvia de granizo. Siempre la imagen de Kim Jinwoo estaba presente. 


Lo que en verdad deseaba golpear no eran los objetos que contenían esos recuerdos, sino a la persona que los hizo miserables. 


‘Lo siento’. 


Fueron las palabras que salieron de su boca y del corazón Han Seo… 


Cuando ese fugaz recuerdo concluyó, Kim Jinwoo ya no estaba en la habitación. Ya tenía varios minutos desde que se habían despedido y se retiró en compañía del Sr. Do Jeon. Aun así, algo no estaba bien. Han Seo podía sentirlo. 


Fue como un sexto sentido agudizado que analizaba cada detalle y rincón de la habitación. Recordando las palabras de Jinwoo, avanzó y fue hacía el empleado que se encontraba limpiando las mesas. 


No fue de ninguna sorpresa confirmar lo que ya sabía con antelación.


— Lo siento, no recibí aviso sobre el derrame de la bebida, pero en seguida iré a limpiar la sala.


Por supuesto que eso era una mentira. Pero era algo absurdo. Han Seo regresó y permaneció mucho tiempo sentado sin poder encontrar una razón lógica a las acciones de Kim Jinwoo.


En ese momento, sus ojos vieron notaron algo que antes había pasado desapercibido. 


El pequeño contenedor de basura no orgánica estaba en una esquina contraria al letrero [Contenedor de basura.] Han Seo estaba seguro que cuando salió de la sala para atender la llamada casi golpea uno de los pequeños contenedores. Pero cuando regresó, uno de ellos ya no estaba en su lugar.


Con velocidad, la tapa hermética del contenedor de basura fue retirada. Y a simple vista pudo ver el pañuelo de seda completamente arrugado mezclado con restos de cartón y papel. 


Su mano desnuda se estiró y sujetó el pañuelo.


— ¿Qué diablos…?


Sus ojos temblaron y su corazón se detuvo por unos instantes ante la gran mancha de sangre que estaba parcialmente seca acompañada de restos de mucosidad.



***


El cielo estaba oscuro cuando Kim Jinwoo finalmente regresó a casa. Al entrar, se dio cuenta de que toda la casa estaba sumida en la oscuridad, lo que le recordó que tanto su padre como Hyung habían asistido a una recepción de obras de arte importadas.


Su padre era un buscador de artistas dispuestos a ceder los derechos de sus obras a cambio de dinero, y había tenido dificultades para encontrar materiales que pudieran satisfacer los gustos de las personas invitadas al evento. 


Jinwoo suspiró frustrado. ¿Cómo pretendía venderle una pintura de arcilla en polvo a alguien como Picasso? Con estos pensamientos en mente, entró en la casa. El sonido de sus pasos resonaba en el silencio. La sensación que lo invadió al ser recibido por el amplio espacio completamente oscuro fue extraña e inusual. Nunca antes había notado lo grande y solitaria que era aquella mansión. ¿Siempre ha sido así? A pesar de haber vivido allí durante mucho tiempo, Jinwoo sentía como si acabara de volver después de una larga ausencia. ¿Nostalgia?


Subió las escaleras iluminadas por lámparas auxiliares con tonos cálidos y se aferró al barandal de madera mientras avanzaba. 


Recordaba perfectamente la sensación del tejido suave y acolchado bajo sus pies y la brisa fresca que se colaba por algún lugar y rozaba su mejilla. Era, sin duda, su hogar, pero al mismo tiempo no podía evitar sentirse ajeno a él. Finalmente llegó a su habitación tras lo que parecieron interminables minutos.


Al dejarse caer sobre la cama, notó que su sudor frío había empapado por completo las sábanas. Jinwoo suspiró con alivio y como para comprobar que seguía vivo, inhaló profundamente. Fue una acción natural, no experimentó dolor ni molestia alguna al respirar.


Pensó en darse una ducha en el baño contiguo a su habitación, pero su cuerpo estaba exhausto y no podía mover un solo dedo de manos o pies. Se sentía completamente agotado y pesado.


Mientras luchaba por mantener los ojos abiertos, Jinwoo empezó a sentir algo extraño en su cuerpo. En particular, notaba una sensación incómoda e inflamada en su estómago. Sin embargo, estaba tan cansado que no pudo siquiera mover la mano para palpar.


Una sensación de frío helado comenzó a impregnar su cuerpo, como si una mano invisible le estuviera congelando desde adentro. Comenzó en sus pies y se fue extendiendo rápidamente, envolviéndolo en un manto de hielo. La sensación de estar suspendido en el aire se hizo presente y dejó de sentir el suave calor del colchón debajo de su espalda, reemplazado por una sensación de ingravidez. Como si estuviera levitando en la nada, sintió cómo su cuerpo era arrastrado por una fuerza desconocida hacia lo ignoto. Un escalofrío recorrió su columna vertebral y la incertidumbre lo invadió por completo.


La sensación era como estar sumergido en un océano helado. Jinwoo se sintió atrapado, una corriente fría y penetrante que le robaba el aliento y hacía que su piel se erice. Trató de contener la respiración lo más que pudo, luchando por impulsarse hacia arriba y alcanzar la superficie, pero cada segundo parecía una eternidad y su cuerpo se hundía inexorablemente hacia el fondo. El pánico comenzó a apoderarse de él mientras sus pulmones gritaban por el aire. Sin pensarlo, aspiró con fuerza, solo para ser recibido por una avalancha de agua helada que entró por su nariz y boca. Su cuerpo se contrajo instintivamente ante la sensación asfixiante, tosiendo violentamente mientras trataba desesperadamente de despejar sus vías respiratorias. Pero era inútil. El agua seguía ingresando en sus pulmones, arrastrándolo hacia las profundidades oscuras del océano.


El agua fría y salada llenó sus pulmones, asfixiando sus delicados tejidos y cortando por completo su suministro de oxígeno. Cada inhalación era un esfuerzo inútil, ya que el líquido se filtraba en sus vías respiratorias, bloqueándolas. Una sensación de desesperación invadió su corazón mientras luchaba por salir a la superficie. 


Sus ojos apretados se llenaron con lágrimas ardientes y saladas, una señal del terror y la agonía que estaba experimentando bajo el agua. Jinwoo pudo sentir su angustia incluso desde lejos, como si estuviera conectado emocionalmente con él en ese momento de crisis.


A medida que su cuerpo se hundía en el agua, una quemazón dolorosa comenzó a punzar su pecho. El líquido frío y espeso descendía por sus vías respiratorias, causando una sensación de ahogo y pánico. Pero luego, como si fuera empujado por una fuerza invisible, todo se desvaneció en una tranquilidad profunda. Los latidos frenéticos de su corazón se volvieron lentos y distantes, mientras su cerebro parecía alejarse de su cuerpo. 


Durante unos minutos, Jinwoo no sintió miedo, sino una sensación desesperada de escapar. No era por él mismo, sino por alguien más allí. Aunque estaba solo en la oscuridad, podía sentir la presencia de otra alma. La sensación cálida que aún ardía en su estómago le recordaba que tenía que protegerla a toda costa. Pero su cuerpo estaba inmóvil e incapaz de moverse.


Fue entonces cuando Jinwoo rompió a llorar... Lloró con angustia y súplicas, no por sí mismo sino por el ser que sabía que pronto estaría allí con él. Rogaba por ayuda, no para él, sino para esa otra alma inocente que estaba en peligro.


Pero lo que siguió después fue un agudo dolor en su pecho y la sensación de un burbujeo precipitándose violentamente por su garganta.


— Cof, cof, cof.


El cuerpo de Jinwoo se sacudió violentamente ante el ataque inesperado de tos. La mancha rojiza que había notado en su pañuelo por la tarde ahora se esparcía por toda la palma de su mano, como una señal siniestra de lo que estaba por venir. 


Su piel estaba cubierta de un sudor frío y sus latidos cardíacos parecían acelerados hasta el punto del dolor. ¿Estaba a punto de morir? Los pensamientos de Jinwoo se quedaron suspendidos en el aire por unos instantes, mientras luchaba por respirar.


Para él, morir sería lo mejor. Podría reunirse con su madre en el más allá y finalmente abrazarla después de tanto tiempo separados. El destino cruel que le había quitado a su madre también le arrebatará pronto la vida a él. No pudo evitar sentirse impotente ante la injusticia del universo.


— Agh…


Intentando controlar el espasmo que sacudía su cuerpo, Jinwoo inspiró y expiró una y otra vez, hasta que su corazón finalmente logró recuperar su ritmo frenético. 


La sensación de perder la cordura lo invadía con fuerza, haciéndolo sentir como si estuviera al borde de la locura total. 


Jinwoo se despertó en un haz de luz cálido y tenue que se filtraba a través de las cortinas. Se preguntó cuánto tiempo había estado dormido y por qué había tenido esos sueños extraños. Miró hacia la ventana y vio el sol amaneciendo suavemente, dando vida a la habitación.


En ese momento, sintió miedo al respirar. Temía que sus pulmones estallen si inhalaba. Pero su respiración era perfecta.


Después de una larga ducha con agua caliente, Jinwoo finalmente pudo liberarse de la intensa sensación de frío que le causaba dolor en las articulaciones. Mientras tanto, notó que ya no tenía esa sensación abultada en el estómago.


Al mirar su cuerpo delgado, donde incluso los huesos de su pelvis eran visibles, Jinwoo dudó de que alguna vez haya sentido su estómago tan hinchado como lo había hecho antes. Con cada gota de agua caliente que golpeaba su piel, Jinwoo acariciaba gentilmente su propio estómago, comprobando que el bulto ya no estaba allí.


Fue un toque tan fugaz y sutil, como si Jinwoo intentase tener el mayor cuidado posible. Sus dedos rozaron la piel con una delicadeza que se sentía como un suspiro en la brisa. Era como si estuviera tocando un valioso tesoro, uno que temía dañar con su mera presencia. 


Pero a los pocos segundos de ese contacto, su corazón parecía a punto de resquebrajarse. Una mezcla de emociones lo invadió: nostalgia, amor, tristeza. Ni siquiera él era capaz de entender completamente sus propios sentimientos, y eso lo desconcertaba aún más.


***


Han Seo permaneció ansioso durante toda la noche,  por muy absurdo que pareciera no pudo dejar de mirar el pañuelo con sangre seca en sus manos.


¿Puede una enfermedad transferirse de una persona que vive en un tiempo y espacio determinado a otra?


Entre más lo pensaba, más se convencía de que se estaba volviendo loco. Al menos, ayer le fue posible conocer a la persona que era incondicional para Jinwoo: Do Jeon.


Realmente era algo inesperado poder pronunciar ese nombre. Una persona que se volvió toda una celebridad.


Do Jeon había sido el jefe del departamento de edición de la editorial que publicaba las obras del escritor Oh Minji, cuando se paró sobre un escenario por primera vez y recibió a nombre del ganador del premio, hubo muchas noticias sobre el misterioso novelista sin rostro.


Cuando su nombre comenzó a enfriarse de nuevo, Oh Minji fue seleccionado como ganador no solo de uno, sino de dos premios. 


Fue un shock para todos cuando Do Jeon se levantó y recibió dos premios distintos, en países distintos, ubicados en continentes distintos, a nombre del ganador.


En ese punto, todo el mundo deseaba saber quién era Oh Minji. 


Tiempo después salió a la luz el nombre de un usuario en plataformas de redes sociales que publicó una foto de los dos premios junto con una tarjeta de agradecimiento escrita con la más fina caligrafía. 


Era la cuenta del escritor Oh Minji. 


Do Jeon se convirtió en la única persona en conocer la identidad de ese escritor y fue constantemente perseguido por reporteros, fanáticos,  y editoriales. 


Ese hombre era un muro macizo impenetrable. De no haber dicho de quién se trataba la solicitud,  definitivamente ese hombre lo hubiera bloqueado.


Pero ahora, las cosas eran diferentes. Han Seo estaba seguro de algo, Do Jeon era una persona que se preocupaba por Jinwoo y nunca falló a su confianza. 


Entonces, cuando Han Seo concluyó su propuesta, Do Jeon aceptó sin titubear. 


Sin importar que Jinwoo aceptara sus sentimientos en ese momento, Han Seo debía sacarlo de la familia Kim antes de que siguieran abusando de él. Por supuesto, llegar y ofrecer un matrimonio no era la opción, pero si Jinwoo podía prescindir de ellos y ser independiente al menos tendría el tiempo suficiente para poder demostrar sus sentimientos. 


Han Seo sabía que Jinwoo siempre deseó vivir en un lugar donde pudiera ver Seúl brillando por las noches. Por lo que pensó que un apartamento sería lo mejor. 


Han Seo revisó cuidadosamente cada propuesta, miró los planos y pensó en algunas mejoras. Haría de ese lugar un refugio donde Jinwoo pudiera estar tranquilo y donde ni siquiera él pudiera entrar sin permiso.


Han Seo recordó en ese momento que hubo un día, en el cual llegó inesperadamente a la casa y cuando entró se encontró con un silencio inusual y con un aroma inusual.


Normalmente siempre que llegaba, era recibido por el delicioso aroma de la comida que preparaba Jinwoo, era algo que estimulaba sus papilas intensamente, pero había olvidado la última vez que comió en casa con su cónyuge.


No existía un recuerdo así, Han Seo jamás hizo tal cosa con Jinwoo. Pero ese día, tampoco fue recibido por esa persona de rostro hermoso, gentil y ojos tan brillantes como el sol. 


Han Seo caminaba mientras se aflojaba el nudo de su corbata,  extrañamente la puerta de su estudio estaba entre abierta. 


Al momento de empujar la puerta entreabierta y moviendo sus pies hacia el interior, Han Seo percibió algo agradable. Un aroma sutil, suave pero fragante. 


Era como si el aire que circulaba por la habitación estuviera acompañado de un olivo dulce. Era un aroma único y Han Seo identificaba perfectamente de qué se trataba.


Era la suave feromona de Jinwoo. 


Cuando entró, sus ojos giraron hacía una esquina, donde estaba el sillón. Allí había un pequeño bulto envuelto bajo uno de sus abrigos. 


Su abrigo se movía lentamente hacia arriba y hacia abajo, a un ritmo tranquilo y suave. La lámpara de piso que estaba en un nivel tenue, iluminaba lo suficiente para poder identificar la silueta que se formaba.


Jinwoo estaba hecho bolita y dormía profundamente mientras su cuerpo era abrazado por su abrigo. 


Era una imagen inusual, pero nada desagradable.  Han Seo estuvo dos horas contemplando a Kim Jinwoo dormir. Durante ese tiempo notó cómo en ocasiones el abrigo se movía un poco y el rostro de Jinwoo se enterraba más y más en la tela como si cavara en busca de un tesoro. 


La nariz afilada se enterraba constantemente en el cuello del abrigo que no dejaba de abrazar. Y sin poder evitarlo Han Seo pensó que esa imagen era algo que solo él podía experimentar. 


¿Podría Jinwoo haber estado embarazado en ese momento…? Han Seo no lo sabía. Ni siquiera podía estimar la fecha de ese recuerdo. 


[Bzzzzz.]


En ese momento, sus pensamientos fueron cortados. El teléfono celular que estaba sobre la superficie del escritorio comenzó a vibrar suavemente.


Han Seo estiró su mano y sujetó el teléfono. Sus ojos se abrieron de par al mirar el nombre que flotaba por la pantalla.


[Tae Jun]


Sin poder evitarlo, el reflejo instintivo de sus dedos presionó el botón de aceptar. Fue demasiado tarde cuando Han Seo se percató de lo que había hecho.


[¿Han Seo?]


— Sí…


[¡Han Seo! Ha pasado bastante tiempo desde que no sé de ti, ¿pasó algo? Supe que cancelaste de último momento tu viaje a los Estados Unidos… ¿No recuerdas? Hablamos de que Han Seo vendría a mi concierto… ¿Estás bien?]


‘¿Un viaje…?’


Un recuerdo repentino se apoderó de Han Seo en ese momento. Recordó que, durante ese mismo año, solía viajar a los Estados Unidos alrededor de esas fechas. Su amigo de la infancia, Tae Jun, quien era un famoso músico, realizaría un concierto anual en esa época del año. En su mente, Han Seo revivió el recuerdo de asistir a dicho concierto en el pasado. Sin embargo, había olvidado por completo ese detalle hasta ahora. La nostalgia lo invadió mientras recordaba las melodías que habían resonado en aquella noche inolvidable.


— Lo siento…


Fue una disculpa tardía.


— ¿Estás bien? Te escuchas… Un poco extraño. 


La garganta de Han Seo comenzó a sentirse tan apretada que tuvo que soltar su corbata en varias ocasiones. 


— Sí, mucho trabajo 


— Ya veo, supongo que es así, no he sabido nada de ti en semanas. Es algo inusual.


— ...


— Llamé para darte una buena noticia… Fui invitado a dar un concierto especial.


— ... Felicidades 


— Entonces, el concierto será en Seúl. ¿No es una buena noticia?


— … ¿Qué?


— ¡Digo que veré a Han Seo pronto! También al presidente y a la señora Han. 


¿Qué estaba pasando? Tae Jun no fue a Seúl ese año, Han Seo lo sabía perfectamente bien porque de no haber cambiado toda su agenda, claramente tendría una reservación para Estados Unidos… 


Incluso cuando fue a la exhibición de arte o cuando conoció a Kim Jinwoo,  Tae Jun no estaba allí.


— Lo siento, debo terminar la llamada.


Han Seo presionó el botón de finalizar sin esperar la respuesta de la persona al otro lado del teléfono. Su corazón se comenzó a agitar ante la noticia inesperada.


Si algo como eso cambió… ¿Qué otra cosa podría haberlo hecho?


***


— ¿No fue eso muy rápido?


— ¡No! ¿Por qué dices eso? Debes de sentirte feliz.


La noticia inesperada que recibió por parte de Do Jeon lo tomó por sorpresa. 


— ¿No está burlándose de mí, señor editor?


— Soy muy profesional en lo que hago… Incluso, aunque Oh Minji no sea quien reciba el premio, ¿no puede el Sr. Jinwoo asistir como invitado?


Era algo increíble… Kim Jinwoo había recibido una noticia inesperada que realmente hizo que su corazón se elevará al cielo. No recordaba la última vez que se sintió tan feliz.


Algo que jamás pensó,  de la nada estaba a punto de caer en sus manos.


— No… Solo transfieran el dinero del premio a la cuenta de siempre y el Sr. Do Jeon puede recibirlo.


— ¿Estás seguro? Los organizadores,  incluso invitaron a un músico internacional para el evento y a varias celebridades,  como es un aniversario importante el evento será más grande. ¿Podría pensarlo? Me aseguraré que nadie lo incomode. 


— Está bien… Por curiosidad,  ¿quiénes están invitados?


— ¡Ah! ¡Me alegra decirle! ¿Puede creer que asistirá el ganador del Concurso Internacional Chaikovski, dicen que ha ganado tres años seguidos… Tae Jun. 


— ¿Eh…?


En el momento que ese nombre penetró el canal auditivo de Kim Jinwoo, un fuerte pitido explotó en sus oídos. 


El teléfono celular que sujetaba,  involuntariamente cayó al suelo.


***


— Felicidades por tu boda.


Fueron las primeras palabras que cruzó con la persona llamada Tae Jun, amigo de la infancia de Han Seo.


— ... Gracias.


Una sombra repentina cayó sobre el semblante de Kim Jinwoo, palideciendo su piel antes rosada. Sus ojos se nublaron con sorpresa mientras su rostro mostraba una expresión de desconcierto e incredulidad ante la inesperada visita de esa persona. Todo su cuerpo se tensó, como si estuviera preparado para cualquier cosa que pudiera venir a continuación.


— Vaya, luces muy hermoso. Yo también soy un Omega.


— Ah, lo sé.


— ¿Sí? Supongo que es porque ambos somos Omegas dominantes que podemos saberlo instintivamente.


— ¿Eh?


Jinwoo se quedó boquiabierto, sus ojos abiertos de par en par. ¿Había escuchado correctamente? ¿Omega dominante? No podía ser verdad, tal vez esa persona se había confundido. 


Jinwoo abrió la boca para hablar, pero se quedó sin palabras. En ese momento, Tae Jun entró al vestidor del novio y poco después, el hermano mayor de Kim Jinwoo apareció. 


La tensión en el ambiente era palpable mientras las miradas se cruzaban y las emociones comenzaban a surgir. El hermano mayor observaba con desconfianza a Tae Jun, como si tratara de descifrar sus intenciones. Y Jinwoo estaba atrapado en medio, sin saber qué decir o hacer ante esta situación inesperada.


— No puede haber familiares del novio Alfa aquí.


La persona que le dijo esas palabras a Tae Jun tenía una mirada fría en su rostro. 


— Lo siento, sólo quería expresar mis buenos deseos.


Tae Jun, que sonrió con gentileza, se disculpó.  Aún así, la mirada de su oponente no cambió.


— Para eso es la recepción posterior al enlace. Ahora, ¿Podría disculparnos? Debemos terminar de preparar al novio.


Tae Jun no dijo nada y solo se inclinó sutilmente antes de salir de la habitación. Kim Jinwoo miró a esa persona entrar y salir durante ese breve periodo de tiempo.


Fueron pocos segundos los que intercambió palabras, pero fue el tiempo justo para darse cuenta de lo hermoso que era ese Omega.


El aura resplandeciente a su alrededor, sus delicados movimientos,  el tono de voz refinado y pulcro. Sus modales impecables.


Jinwoo entendió a lo que se referían cuando decían que él estaba muy lejos de ser como un Omega dominante.


— Hyung…


— ¿Qué?


— ¿Por qué dijo esa persona que soy un Omega dominante? ¿Habrá sido un malentendido?


— ¿Acaso eres idiota? Jinwoo,  papá me pidió que te dijera algo.


El rostro de Jinwoo fue sujetado con fuerza y girado hacia donde estaba el de su Hyung.


— No vayas a abrir la boca imprudentemente si no quieres que los restos de tu vulgar madre terminen en un charco, ¿Entendiste?


Los ojos de Jinwoo comenzaron a humedecerse. ¿De qué estaba hablando? ¿Qué error cometió para que fuera amenazado de esa manera?


— … Ay…


La fuerza fue aumentando gradualmente, al punto de sentir como su mandíbula crujía. Después de un tiempo, la fuerza se desvaneció.


— Papá presentó un examen falso para concretar este matrimonio, pero olvidó decírtelo. Entonces, ¿puedes entender lo demás?


— ¿Qué,  qué?... Eso es un delito… El Sr. Han y su familia son buenas personas, ¿por qué los engañaste con algo así?


[¡Zap!]


El golpe no fue tan inesperado para Jinwoo, aunque intentó esquivarlo. Su hermano mayor, un Alfa cuya paciencia era escasa, tenía la costumbre de resolver los conflictos a través de la violencia.


La mejilla de Jinwoo comenzó a arder y punzar con una sensación de ardor que se extendía por su piel. El sonido del golpe resonaba en sus oídos y su vista se nublaba con lágrimas de dolor e indignación. Se preguntó si alguna vez su relación con su hermano podría ser diferente, si algún día encontraría una manera de comunicarse sin recurrir a la violencia. Pero por ahora, sólo podía soportar el dolor físico y emocional que le provocaba este encuentro.


— ¿Quién te dijo que un Omega puede hablarle así a un Alfa? ¿Eres idiota? Si papá no hubiera hecho eso… ¿Quién podría fijarse en un Omega recesivo como tú? Ah…


[¡Bang!]


La mano se estrelló contra el rostro de Jinwoo con tanta fuerza que parecía un golpe con un puño. El sonido del impacto resonó en todo el salón, y el cuerpo tan delgado de Jinwoo fue lanzado hacia atrás, colapsando en el suelo con un gemido ahogado. A pesar de la fuerza aplicada, Jinwoo parecía frágil e indefenso contra la ira creciente de su hermano.


¿Este hombre estaba loco? ¿Cómo podía llegar a su propia boda con un hematoma morado y una herida sangrante en la mejilla? Los ojos de Jinwoo estaban abiertos desmesuradamente, reflejando incredulidad y dolor mientras miraba a su futuro esposo con miedo y confusión


— Mira lo que hiciste… mi hermano menor es tan idiota que no supo caminar. Cubre tu fea cara y tapa eso, ¿quieres que tu cónyuge se aleje de ti en cuanto vea lo feo que eres?


— No voy a hacerlo… Esto, no voy a hacerlo.


Siendo sujetado del codo y obligado a levantar su cuerpo, Kim Jinwoo fue sacudido con fuerza.


— Hermano, ¿qué tiene de malo el Sr. Han Seo? Papá se sacrificó mucho para qué aceptarán el compromiso, ¿piensas ir y dejar a la familia aún más avergonzada? ¿Qué diría tu madre?


— ...


— Solo párate allí, no hables y sonríe… Sonríe, nadie quiere a un pobre Omega feo que ni siquiera sabe sonreír. 


— Lo siento Hyung…


Con una sensación de opresión en su pecho, Kim Jinwoo forzó una sonrisa hacia su hermano mayor. Era una sonrisa fría y perfecta, con las comisuras de sus labios levantándose en un ángulo afilado. Sin embargo, sus ojos permanecían impasibles, sin mostrar ni un destello de emoción.


La mano de Kim Juwon se deslizó suavemente por la mejilla de Kim Jinwoo mientras reía satisfecho. Su toque era cálido, pero posesivo, como si estuviera marcando a su hermano menor como su propiedad.


— Mi pequeño hermano sabe hacer lo suyo… No será tan estúpido como para no darse cuenta… Aun así, ¿no es lamentable que un Alfa tenga a su amante invitado el día de su boda?


— ¿Qué…?


La mano que lo acariciaba suavemente, sujetó su cabello con fuerza y le inclinó la cabeza hacia adelante. El aliento cálido de Kim Juwon sopló en su oído, enviando un escalofrío por todo su cuerpo. Cerró los ojos con miedo, sintiendo cada toque y cada susurro como una severa amenaza. 


— El Omega que te dio sus mejores deseos es el amante de Han Seo… No son iguales, pero si haces bien lo que todo Omega tiene que hacer… Podrías quedarte embarazado y darle gusto a papá… ¿Un recesivo puede llevar un bebé? Ni siquiera tienes olor… De todos modos, vamos tarde. Con eso cubre tu feo rostro y sal, voy por papá.


Kim Juwon soltó el cabello de Kim Jinwoo y palpó la piel de su mejilla. Los ojos de Jinwoo estaban revoloteando sin poder comprender las palabras que en ese momento le decía su Hyung.


¿Un amante? ¿Ese era el tipo de vida que le esperaba? Kim Juwon tenía una boca ligera, no importaba lo que tuviera que decir para conseguir lo que quería.  Siendo así, no le sería de mucha dificultad hablar de alguien que no estaba presente.


Kim Jinwoo suspiró,  las pocas veces que vio a Han Seo, no parecía alguien con ese tipo de personalidad. Y como Omega no había mucho que pudiera hacer al respecto. Ni siquiera podría solicitar un divorcio.  


Ante la sociedad en general, era normal que un Alfa tuviera varios Omegas. Sin embargo, que un Omega tuviera una relación con otro Alfa sin el permiso del cónyuge…


— Ah…


Realmente Kim Jinwoo pensó que podría tener la oportunidad de conocer a alguien diferente.  Aún así, en el momento que percibió ese sutil cosquilleo en su nariz, proveniente de un pequeño adorno colocado en la americana del traje del novio, su corazón comenzó a sentirse pesado.


Sin poderlo evitar, su rostro se giró hacia la persona dueña de esa feromona y pudo darse cuenta de algo. 


La sonrisa, esa sonrisa en el rostro de Tae Jun no era genuina.  


Había una gran tensión en su rostro y su postura era demasiado rígida. Sus hombros estaban visiblemente tensos y al igual que las comisuras de sus ojos. 


Girando nuevamente sus ojos hacia el Alfa que sería su cónyuge,  Kim Jinwoo pensó en algo.


'Si intento ser la persona que él desea. ¿Podría pedir su ayuda para alejarme de la familia Kim?'


Con todas las emociones desbordándose en su interior, Kim Jinwoo aprovechó el momento donde él y su cónyuge estaban solos. Pero su corazón latía tan rápido al estar cerca de esa persona que sus palabras se atascaron en su garganta y salían torpemente.


Sus ojos estaban cautivados con el resplandor que emitía, su espalda tonificada, sus brazos entrenados, los dedos largos que ahora tenían un anillo. Kim Jinwoo se sonrojó cuando sus labios se rozaron suavemente al final de la ceremonia. 


Ese hombre era tan guapo que Kim Jinwoo sintió que la saliva que se acumuló en su boca estaba a punto de salir.


Definitivamente, Han Seo era una buena persona. Podría ser su amigo y con suerte podría ayudarlo. Y ante ese pensamiento, los labios de Kim Jinwoo se abrieron.


'Ahora que estamos casados, ¿Puede prometerme algo? Solo una cosa… Soy torpe e inexperto… Aún así, daré lo mejor de mí para ser un buen compañero… Entonces, cuando haya algo de mí que no le agrade… Por favor hágamelo saber en ese momento… De lo contrario… Será doloroso para mí vivir en una fantasía'. 


***


— Jinwoo… La exposición de tu hermano mayor será pronto, entonces asegúrate de ir lo suficientemente bien vestido para poder acercarte al hijo del presidente Han. ¿entendiste?


El silencio pesado colgaba en el aire mientras Jinwoo se encontraba sentado a la mesa del comedor con su padre y su Hyung. Los cubiertos chocaban contra los platos de cerámica, interrumpidos ocasionalmente por un sorbo de té o un bocado de arroz en la boca de Jinwoo. Aunque estaba presente físicamente, su mente estaba lejos de la discusión que su padre y Kim Juwon estaban teniendo sobre el dinero gastado en la exposición.


Para Jinwoo, el tema no era más que ruido de fondo. Dos hombres debatiendo apasionadamente sobre el valor de un lienzo con manchas diseminadas al azar parecía absurdo. Sin embargo, no pudo evitar sentir un poco de pena por el personal de la compañía que había sido contratado para organizar el evento. Lidiar con ese tipo de personalidades fuertes podía resultar agotador y desafiante. 


— El fondo de la familia Seo es de billones de dólares, pero ellos no aceptan a nadie que no sea de la familia dentro del consejo de accionistas. Es la forma en la que ellos han mantenido el control de la compañía.


— ¿Destinan millones a la caridad, pero no permiten que otras compañías sean socios?


Palabras más, palabras menos. 


Llegó un momento donde el sonido fue similar al de una cigarra. Jinwoo estaba tomando y llevando a su boca el arroz mecánicamente. Sujetar, masticar, tragar, respirar… Sujetar, masticar, tragar, respirar… sucesivamente. 


— Todo el dinero recaudado será para la organización ‘Save Children's’ cuya misión es combatir el hambre en el continente. ¿No es muy noble de tu parte? ¿Ahora alimentas a los bastardos? Padre.


Kim Juwon, que estaba leyendo los datos financieros mostrados en la pantalla de su celular, miró a su padre. 


— Piensalo, dado que el aborto no es posible… Esos bastardos deben nacer, pero el estado no quiere mantenerlos, entonces las personas de buen corazón lo hacen. Si los niños no son Alfas, no pueden ingresar al albergue. Al menos mis impuestos no son destinados a… Bueno, ¿Qué puedo decir? No es así Jinwoo.


— ...


— Es verdad, padre dijo que nunca mantendría a un bastardo Omega… Jinwoo ¿No estás agradecido del buen corazón de nuestro padre? Ha puesto comida en tu boca durante todos estos años y solo te está pidiendo una cosa a cambio. ¿Es la vulgaridad un rasgo de todos los Omega?


— Incluso los Beta dan a luz a un Alfa… Pero un Omega en la familia… Jinwoo, tienes que hacerlo bien. Si haces lo que tu padre te ordene en un futuro, quizás ya no me resultes tan repugnante de ver.


— Sí padre…


¿Realmente debe soportar todo eso? Sin un capital considerable, sin un guardián Alfa que tomara la responsabilidad de Jinwoo, él no podía solicitar su independencia. Por otro lado, el hecho de buscar a otro Alfa no era una certeza en absoluto. 


Los Alfas eran por naturaleza superiores en todos los sentidos. Sin embargo, en algunos países del mundo, la igualdad de derechos era un tema que estaba cobrando fuerza. Incluso en Europa, Alfas, Omegas y Betas eran iguales. Pero existían consideraciones especiales para los Omegas, quienes tenían un cuerpo diseñado para dar a luz a niños. 


Pero eso era algo que Corea no iba a permitir. El pensamiento conservador estaba profundamente arraigado y pese a todos los movimientos sociales a favor de cambiar las leyes. Los legisladores simplemente mantuvieron sus ojos en otra dirección. 


Después de esa conversación, la comida que había ingerido comenzó a borbotear en su estómago sin poder evitarlo, Jinwoo vómito. Las lágrimas fisiológicas que surgieron por el esfuerzo involuntario empapaban sus mejillas. El sudor frío en su frente comenzó y un escalofrío acompañaron los molestos síntomas que afectaron su estómago.