En el pasado, Han Seo nunca había mostrado interés en la vida de su esposo. Un par de semanas después del día de su boda, su padre decidió jubilarse y le entregó las riendas de la compañía, por lo que inevitablemente se mantuvo alejado de todo lo relacionado con él. Pero eso cambió cuando estalló el escándalo del fraude cometido por la familia de su esposo, poniendo en peligro toda la reputación y estabilidad financiera de la empresa.
Sin embargo, a Han Seo no le importó en absoluto. En ese momento, estaba más que dispuesto a liberarse de un pesado grillete llamado Kim Jinwoo. No dudó en sacrificar una cuarta parte del capital financiero para poner fin a su matrimonio y dejar atrás a aquel hombre que solo le había causado dolor y sufrimiento. Fue un precio alto, pero necesario para él en su búsqueda por la justicia.
Cuando comprendió que todo había sido un gran malentendido, ya no existía la oportunidad de enmendarse. Han Seo se preguntó de qué manera había sobrevivido Kim Jinwoo, un Omega recesivo, embarazado, sin familia y con la reputación de un apellido arruinado por completo.
Fue tan egoísta en aquel momento, demasiado cegado por su deseo de alejarlo de su lado. Nunca se imaginó que los sentimientos que le golpearon después serían aún más intensos, cuando descubriera que estaba embarazado.
Han Seo sentía una fuerte motivación, casi una necesidad obsesiva, de redimirse por su culpa. Si dependiera de su voluntad, ya estaría junto a Kim Jinwoo en aquellos momentos. Pero las circunstancias actuales lo hacían imposible. ¿Cómo explicarle a tu futuro esposo que quieres arreglar tus errores estando atrapado en el tiempo? Era una situación inimaginable. Un suspiro escapó de los labios de Han Seo, su corazón ardía con urgencia por la desesperación de saber si Kim Jinwoo estaba bien. La imagen final de él en el hospital seguía atormentando todas las noches, consumiendo lentamente su alma.
¿Cómo era Kim Jinwoo? Ni siquiera estaba seguro de eso, pero si recordaba la repulsiva sensación que le provocaba el escuchar los constantes halagos sobre la belleza de su cónyuge. Kim Jinwoo llamaba la atención a dondequiera que iba y para la naturaleza de un Alfa en extremo dominante, los celos de Han Seo se dirigieron hacia la persona equivocada.
Mientras Han Seo reflexionaba sobre todas las palabras que había leído en el diario, comprendió que nunca había conocido verdaderamente a Kim Jinwoo.
Las páginas escritas con tanta inocencia y suavidad eran una faceta del joven que nunca había visto. A través de sus letras, podía sentir las emociones de Kim Jinwoo claramente. Los pasajes tristes estaban marcados por arrugas causadas por lágrimas secas, mientras que los momentos de ira se reflejaban en la densidad de la caligrafía. Era una persona completamente transparente con sus emociones, especialmente cuando se trataba de su padre. La mayoría de las entradas que hablaban sobre él estaban escritas con letra temblorosa, como si el miedo se hubiera plasmado en cada palabra.
Han Seo, con su extraordinaria memoria, recordó que Kim Jinwoo no había asistido a una ocasión anterior debido a un accidente. Pero al leer la justificación que escribió para su hermano mayor Alfa, fue fácil leer entre líneas y descubrir que Kim Jinwoo sabía que el llamado accidente en realidad había sido intencional. Algo que Han Seo nunca había imaginado que sucedería en la vida de Kim Jinwoo.
A simple vista, muchos podrían pensar que era solo un niño mimado y engreído debido a su belleza aparente. Pero Han Seo se dio cuenta rápidamente de que estaba completamente equivocado en su percepción sobre Kim Jinwoo.
No fue hasta que leyó la página que hablaba sobre la fecha de graduación de Kim Jinwoo, que descubrió que había sido el mejor de su clase durante su paso por la universidad en la facultad de literatura y lingüística.
Un detalle que revelaba la verdadera inteligencia y talento detrás de la fachada del joven.
Kim Jinwoo estuvo solitario aquel día, rodeado solo por el silencio y los recuerdos de una vida difícil. Mientras tanto, Han Seo recordaba con cariño la fiesta que sus padres le habían organizado en celebración a su graduación.
Conforme iba conociendo más a Kim Jinwoo, se sorprendía de lo trágico y solitario que había sido su pasado. A través de sus escritos y su expresión, podía ver la fragilidad y delicadeza de su ser interior.
'¿Qué puedo hacer para conocerte sin tener que pasar por la misma historia?'
Han Seo permaneció inmóvil, su mente estaba en un frenético juego de ajedrez mientras analizaba cuidadosamente distintos escenarios. Como un estratega astuto, movía las piezas una y otra vez, intentando anticipar cada posible movimiento de Kim Jinwoo. Pero su conocimiento limitado sobre él lo hacía sentir vulnerable y expuesto ante cualquier acción que no pudiera prever.
Finalmente, decidió dejar descansar su mente por un momento. Sabía que debía tener una idea, solo necesitaba darle tiempo para surgir. Con un suspiro, Han Seo se alejó del tablero mental y continuó con su día, confiando en que la solución llegaría en el momento adecuado. Mientras tanto, los engranajes complejos de su mente seguían girando silenciosamente, siempre buscando la mejor jugada posible.
La noche se había adentrado en su hogar y Ha Seo finalmente llegó. Un aroma tentador de comida casera lo recibió en la cocina, donde su madre y padre lo esperaban para cenar juntos, como era la costumbre en su familia. En la mesa, su padre estaba sentado con una sonrisa cálida, listo para probar los platos preparados por su amada esposa. Han Seo sintió un dolor agudo en el corazón al pensar en cómo su padre habría actuado si estuviera en su lugar. ¿Habría sido tan dedicado y amoroso? Sus padres eran un ejemplo a seguir de matrimonio feliz y armonioso.
— Padre, ¿qué piensas de una partida de ajedrez?
— ¿Quieres jugar ahora?
Han Seo asintió lentamente, saboreando cada bocado de arroz en su plato. Su padre, cuyos pensamientos parecían estar en otro lugar, de repente jadeó. Una falsa excusa escapó de sus labios mientras se mordía la lengua para ocultar algo más. Pero su mentira fue rápidamente descubierta por la madre de Han Seo, quien le lanzó una patada sutil pero efectiva debajo de la mesa. La tensión en el ambiente era palpable y podía sentirse como una tormenta a punto de estallar.
— Creo que sería buena idea. Cariño, ve a jugar con tu hijo, yo me encargaré del resto.
La cálida y resplandeciente sonrisa de su madre era una visión que Han Seo apreciaba con todo su ser. Sus labios se curvaron instantáneamente al ver al Presidente Alfa, alguien dominante y poderoso en el mundo empresarial, asintiendo y sonriendo mientras se frotaba la espinilla con una mano. Han Seo no pudo evitar sonreír aún más ante esta escena inusual y encantadora.
— ¿Y bien? ¿De qué quieres hablar?
Con un movimiento experto, su padre colocó su primer peón en el tablero de ajedrez mientras hablaba. Sus dedos se movían con precisión y rapidez sobre la pieza, como si estuvieran bailando una danza ensayada durante años. El sonido del choque de madera contra madera resonó en la habitación, interrumpiendo brevemente las palabras que salían de su boca. Era evidente que había jugado este juego muchas veces antes y estaba decidido a ganar
— Padre, ¿alguna vez te enfadas con mamá?
— ¿Por qué esta pregunta ahora?... Es normal tener diferencias, pero nunca podría enfadarme con ella.
— ¿Eso es porque la quieres demasiado?
Los movimientos en el tablero eran suaves y armoniosos, como una danza entre amigos que se conocen desde hace años. El sonido relajante de la chimenea quemando leña llenaba la habitación del estudio con una cálida sensación de confort y hogar. La luz parpadeante de las llamas creaba sombras danzantes en las paredes, mientras el aroma a madera quemada llenaba el aire. Era un ambiente acogedor, perfecto para disfrutar de un juego amistoso entre seres queridos.
— ¿Te has enamorado? Han Seo.
Con un movimiento suave y tranquilo, su padre deslizó una de las piezas de ajedrez sobre el tablero. Sus manos eran firmes y seguras, acariciando las figuras con familiaridad y destreza.
— Quizá, pero creo que no lo sabía en su momento.
— Eres mi hijo, claro está. No somos bendecidos con esa clase de inteligencia innata. El día que supe que no podría vivir sin tu madre fue cuando ella me dejó, hace ya muchos años. Solo el recordarlo todavía me aterroriza.
— ¿Qué? … ¿Mamá te dejó?
Una oleada de sorpresa le inundó, haciendo que sus ojos se clavaran directamente en su padre. Él parecía tranquilo, con los ojos entrecerrados y una sonrisa llena de tristeza. Una mezcla desconcertante de emociones atravesó al joven mientras intentaba descifrar el significado detrás de la expresión de su padre. ¿Qué había provocado esa sonrisa dolorosa en su rostro? Sus pensamientos corrieron frenéticamente mientras intentaba encontrar respuestas en sus características familiares.
— Fue antes de casarnos. Era arrogante y estaba cegado por la codicia. Tan ignorante que no comprendía lo verdaderamente valioso para mí. Tu madre soportó mucho, en realidad. A pesar de su fuerte carácter, su corazón era más humilde de lo que yo merecía. Cuando ella arrojó el anillo de compromiso frente a mí... Sentí que el mundo se había terminado. Cuanto más difícil es recuperar algo, es más fácil entender lo que significa en tu vida. ¿Qué hay de ti?... ¿Cuándo piensas sentar cabeza y casarte? Estás en una buena edad, sería agradable poder jugar con mis nietos sin ser tan viejo.
Han Seo permaneció en silencio por unos momentos.
— ¿Sabes? Leí una historia sobre un hombre codicioso que engañó a una familia noble. Les mintió y les hizo creer que su hijo era un Omega dominante, para casarse con el hijo mayor de la familia noble y obtener dinero y parte de un negocio en el proceso. Pero resulta que el hijo no era un Omega dominante, sino un Omega recesivo. Cuando el hijo mayor se enteró y confrontó a Omega, este no se defendió y terminaron divorciándose después de unos años... Padre, ¿qué habrías hecho si fueras el hijo de esa familia noble?
Han Seo finalizó su historia y movió una de sus fichas. Su padre se quedó pensativo, contemplando el tablero de ajedrez frente a él.
— Es complicado. ¿Por qué los rasgos son tan importantes en la actualidad? Si hubiera estado realmente enamorado de ese chico como en el libro, habría buscado la verdad
— ¿Incluso si él no te hubiera dicho la verdad?
— Supongo que tal vez el personaje tenía miedo de perder a su esposo, ¿no te parece? ¿Qué sucedió después?
— ¿Miedo?
— Han Seo, ¿con cuántos Omegas has tenido una relación seria?... Ellos tienen una vida difícil, no entiendo el contexto, pero por lo que me dices puedo inferir que el mensaje de la novela es que el miedo a perder a alguien puede paralizarse hasta el punto de no poder siquiera decir "lo siento". Hay cosas que escapan de nuestro control. La verdad y la mentira son ejemplos de ello. Los antagonistas siempre tienen un papel en cada historia, aunque no creo que el personaje del que hablas sea uno de ellos. Si fuera yo el protagonista, lo abrazaría y le daría besos hasta que pudiera confiar en mí. Debe haberse sentido patético ese personaje al notar que su esposo le tenía miedo y poca confianza. ¡Ah! ¿Podrías prestarme ese libro cuando lo termines?
Han Seo quedó boquiabierto, su mente incapaz de procesar las palabras que acababa de escuchar. ¿"Patético"? Una palabra tan cortante y despiadada, como una daga arrojada directamente al corazón. Sus pensamientos se agolparon en su cabeza, luchando por encontrar una respuesta adecuada a la acusación de su interlocutor. ¿Cómo podía alguien atreverse a juzgarlo de esa manera? ¿No es precisamente la persona que calla la que permite que las mentiras se conviertan en verdades?
— Sí, padre.
— ¡Jaque mate! Realmente eres malo en este juego, Han Seo.
— Mi padre es un experto. Gracias por la partida.
— No te olvides del libro, a tu madre le encantan las historias románticas.
Han Seo salió del estudio y se dirigió a su habitación en el segundo piso de la residencia.
'Confianza'.
Nunca hubo eso en la relación que mantuvo con Kim Jinwoo. Jamás le dio flores o…
'¡¿Esa bufanda?! ¡¿Esa era la de aquella vez?!'
Han Seo llevó su mano a su boca en un gesto de sorpresa y melancolía mientras el recuerdo se refrescaba en su mente. El suave roce del material fino y cuidadosamente doblado reverberaba en sus dedos, trayendo consigo la sensación de nostalgia. Fue un regalo accidental, pero significativo.
Aquella bufanda fue comprada durante una salida casual juntos. Han Seo notó cómo Kim Jinwoo temblaba por el frío y, sin pensarlo mucho, decidió comprarla para él. Nunca imaginó que sería un regalo, simplemente quería verlo cálido y cómodo. Pero para Jinwoo, ese simple acto significó mucho más.
El día en que recibió la bufanda estaba escrito en su diario con letras grandes y saltarinas: "¡Mi esposo me dio mi primer regalo!" Y aunque era solo una bufanda, para él representaba el amor y la atención que Han Seo ponía en cada pequeño detalle de su vida juntos.
'¿Qué mierda?'
¿Realmente eso había sido todo? Estaba tan ocupado que simplemente desplazó a Kim Jinwoo a un lugar solitario de su vida y él aceptó ese pequeño rincón olvidado.
Han Seo se sentía abrumado por una sensación de culpa al recordar cómo había tratado a Kim Jinwoo en el pasado. En su frenesí por seguir adelante y tener éxito, había dejado atrás a su cónyuge, que quedó relegado a un rincón olvidado de su vida. Pero ahora, Han Seo estaba decidido a enmendar sus errores. Tenía la oportunidad de arreglar las cosas y no dejar que la misma situación se repitiera.
Era como tener una ventana abierta que lo invitaba a hacer las cosas bien. Sentía un cálido rayo de esperanza iluminando su camino hacia la redención y estaba listo para aprovecharlo al máximo.
Han Seo pensó en sí mismo como un bastardo insensible. Pero ahora, podía enmendar todo eso. Estaba seguro que podría evitar que eso se repitiera. Ahora tenía una ventana de entrada abierta.
***
Los días pasaron y Han Seo finalmente tuvo toda la información que había solicitado. Estaba convencido de que esto podría cambiar el curso de su vida. No iba a dejar atrás a Kim Jinwoo, quien había sido solo un peón ingenuo manipulado por su padre.
Mientras hojeaba los documentos entregados por el secretario Sujin, Han Seo se dio cuenta de que la vida de Kim Jinwoo estaba muy alejada de los reflectores y completamente solitaria.
Había sido un estudiante destacado en la facultad de letras y lingüística, pero no había ningún registro de parejas o posibles intereses amorosos. Sorprendentemente, tampoco había ningún dato sobre amigos o conocidos cercanos.
Sin embargo, había múltiples registros médicos que indican visitas frecuentes al hospital por fracturas causadas por "caídas por pérdida de equilibrio".
'Esos imbéciles, abusaron de su hijo de esa manera y luego lo terminaron usando como cebo para finalmente dejarlo a su suerte'.
'¿Eh?'
Entre las páginas del expediente, una pequeña hoja de papel llamó la atención de Han Seo. Con cuidado, tomó el pedazo de papel entre sus dedos y leyó con curiosidad lo que estaba escrito.
Era el registro de libros bajo el seudónimo de Oh Minji, un nombre que resonaba en su mente como un eco lejano. Han Seo reconoció ese nombre de inmediato, era un escritor famoso cuyas palabras habían sido galardonadas con numerosos premios literarios. Aunque su fama era innegable, era muy raro verlo en persona.
— !¿Esto es real?!
El papel que tenía en sus manos mostraba los nombres de Kim Jinwoo y Oh Minji juntos en el mismo renglón, unidos por una línea que parecía ser un destino inevitable. Han Seo se sorprendió al descubrir que su escritor favorito y su cónyuge eran la misma persona. ¿Cómo había pasado desapercibido para él durante tanto tiempo? Aunque solo era un simple registro en papel, sentía como si fuera una revelación sobre la vida y el amor.
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Con el corazón palpitando de emoción, Han Seo recibió como regalo de su madre la última novela premiada del renombrado escritor Oh Minji. La portada, aunque más opaca que sus trabajos anteriores, aún llamaba la atención con su diseño intrigante y la sensación del libro en sí daba a entender que su trama era densa y compleja.
Y así fue. La novela de suspenso seguía la historia de un detective que se enamora del objetivo de su misión como agente encubierto. En medio de difíciles decisiones y peligros constantes, los dos logran estar juntos, pero al final el detective termina sacrificando su vida para proteger a su amante. A pesar de su desgarrador final, la novela era absorbente y fresca, llena de pasión y personajes complejos que mantenían al lector en vilo.
Tiempo después, Han Seo descubrió emocionado que el libro estaba autografiado por Oh Minji. Su corazón latía con felicidad ante la perspectiva de poseer una pieza tan valiosa de su autor favorito. Cuando preguntó a su madre dónde había comprado el libro, ella no recordaba exactamente cuándo ni dónde lo había encontrado, añadiendo un toque mágico al ya maravilloso regalo.
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'¿Fue Kim Jinwoo quien firmó el libro?'
La súbita revelación golpeó a Han Seo como un cubo de agua helada arrojado sobre su cabeza. Su corazón, ya pesado y agobiado por años de deseo y esfuerzo, parecía hundirse aún más en la tristeza. No podía creer que después de tanto tiempo intentando encontrarse con Oh Minji, finalmente lo había logrado, sólo para descubrir que él era nada más y nada menos que su esposo. La ironía del destino era tan amarga como un jarabe para la tos. Él se sentía como un barco naufragado en medio de una tormenta implacable, incapaz de navegar hacia ninguna dirección sin importar cuánto luche contra las olas tumultuosas.
'¿Por qué esto no estaba en su diario?'
Kim Jinwoo jamás presumió o alardeó sobre eso. Siempre se mantuvo humilde y en bajo perfil. ¿Cómo pudo ser tan ignorante? ¿Desconocer a su propia pareja de esa manera?
Las verdades son impactantes, pero lo más sorprendente es darse cuenta de que han estado frente a ti todo el tiempo.
Al llegar a la fotografía tomada a lo lejos, sus ojos se clavaron en la figura de Kim Jinwoo saliendo de un hospital con una gorra y una bufanda cubriendo la mitad de su rostro. A pesar de la poca visibilidad, sus ojos inconfundibles brillaban como siempre lo hacían bajo el sol, teñidos de tonos hermosos que reflejan su vida llena de pasión y vitalidad.
Ese mismo día, cuando estuvo cenando con sus padres, Han Seo les habló con sinceridad. 'Me he enamorado a primera vista'. Su voz se escuchó tan casual, que en ese momento su padre se atragantó con los alimentos y su madre sonrió ante esa dulce expresión.
Definitivamente, no era algo que iba acorde a la imagen de un Alfa en extremo dominante que lucía tan imponente como Han Seo. Los penetrantes ojos azules que resaltan su piel color marfil y su cabellera negra le dieron un aire seductor.
— Espero poder conocerlo pronto.
— ¿Qué? ... ¿No has estado actuando extraño últimamente?
— Padre debe saber lo que significa.
Dijo Han Seo con una sonrisa mientras llevaba el arroz a su boca. Definitivamente, haría de Kim Jinwoo su Omega, pero esta vez, se encargaría de limpiar bien el terreno y retirar a los gusanos antes de sembrar las bellas flores.
Ante la creciente ansiedad por no poder llegar directamente a Kim Jinwoo, Han Seo contrató un informante que estaba constantemente reportando los movimientos de la familia Kim.
Una noche, después de salir de la ducha, Han Seo notó una notificación mueva en su teléfono celular.
[Kim Jinwoo ha sufrido de una caída y fue a una clínica municipal para su atención]
La paciencia de Han Seo se desvaneció y tomó las llaves del auto.
***
El motor del automóvil zumbaba en un constante y monótono ronroneo mientras Han Seo viajaba por la carretera. Mientras conducía, su mente se llenaba de pensamientos sobre el diario de Kim Jinwoo. Recordaba vagamente que algo había sucedido, pero no podía recordar los detalles exactos. Las páginas del diario sólo mencionaron su incapacidad para caminar, pero no explicaban por qué. Un fuerte latido de su corazón reverberaba en su pecho, creando una sensación de ansiedad en su cuerpo. Las escenas del pasado se desplegaban vívidamente en su mente: Kim Jinwoo muriendo solo en una cama de hospital asistencial. El recuerdo era tan vívido que parecía estar presenciando nuevamente ese momento doloroso.
La culpa golpeó a Han Seo con una fuerza que lo dejó aturdido. Al internarse en las instalaciones de la clínica municipal, se dio cuenta de su pésima calidad: sin medidas de seguridad y totalmente deterioradas.
Un fuego abrasador surgió en el pecho de Han Seo. El padre de Kim Jinwoo era un desgraciado que ni siquiera se molestaba en brindarle a su hijo Omega la atención adecuada. ¿Qué tipo de monstruo era capaz de hacer algo así?
Con una mirada cautelosa a su alrededor, se dio cuenta de que las personas en ese lugar pertenecían a una clase social muy baja. Caminó con sigilo entre los consultorios improvisados, notando cómo en lugar de puertas había simples cortinas blancas que apenas protegían la privacidad de los pacientes. Las paredes estaban hechas de un material endeble y las sillas eran viejas y desgastadas. La pobreza era palpable en el aire, como también lo era la imagen aquellos que buscaban ayuda médica en aquel humilde lugar.
Eran pocos cubículos de consulta, así que Kim Jinwoo debía de estar en uno de ellos. Caminó lentamente y sus ojos se filtraban disimuladamente por las cortinas parcialmente cerradas. Fue hasta el último consultorio que escuchó una voz desconocida.
— Bueno, no tenemos opción… Si no cuenta con el dinero para una cirugía, tendrá que usar una prótesis temporal pero no será capaz de mover su pierna por varias semanas.
— ¿Cirugía? ¿No fue una simple torcedura?
La voz que se filtró por sus oídos era inconfundible, su corazón latió aceleradamente y sus manos se movieron sin control. Han Seo jaló el pedazo de tela blanca colgando del extremo y finalmente el rostro de Kim Jinwoo quedó ante sus ojos.
Era él, su marido, su Jinwoo…
Sus emociones se agitaron como olas salvajes golpeando su corazón con fuerza. Han Seo sintió sus piernas temblar al punto de casi caer.
Era un joven de piel blanca como la porcelana, ojos color miel brillantes y adornado con delicadas pecas en su rostro. Definitivamente era Kim Jinwoo, su cuerpo esbelto y delicado era aún más hermoso de lo que recordaba. ¿Cómo pudo alguna vez estar casado con un Omega tan hermoso?
Tanto Kim Jinwoo como el doctor miraron a Han Seo con sorpresa en sus rostros. Un hombre desconocido, alto y musculoso, estaba parado frente a ellos con una expresión aterradora.
Kim Jinwoo tembló ante el contacto con la extraña feromona Alfa que comenzó a filtrarse en su cuerpo.
— Sr… No haga eso… Su feromona… Me afecta.
El calor sofocante causaba que las gotas de sudor se deslizaban por el rostro anguloso de Kim Jinwoo. Inclinado sobre la cama en la que estaba sentado, jadeó con fuerza ante la incómoda sensación. La expresión de dolor en su rostro era evidencia suficiente de su incomodidad, Han Seo no podía evitar sentirse preocupado. Se dio cuenta entonces de lo intenso que había sido su intromisión y se arrepintió de no haber tomado más precauciones para evitar el agotamiento de Jinwoo.
— Yo… Lo siento, me equivoqué… Disculpe.
Retrocediendo con lentitud, Han Seo titubeó mientras caminaba hacia atrás. El rostro pálido como la luna de Jinwoo reflejaba un miedo profundo y sus manos temblaban sin control. El médico, al ver el rostro aterrorizado del joven, rompió el silencio y habló en tono tranquilizador.
— Sr. Kim Jinwoo, lo que sucede con su pierna no fue una torcedura. Tiene una fisura en el hueso, entonces… Lo único que puedo hacer es colocarle la prótesis temporal. Por supuesto no será cómodo pero eso le evitará problemas en el futuro.
— ¿Eh? Si, está bien.
— Bueno, entonces solo queda decir que el costo de la muleta no está incluido, por lo que deberá pagarlo al salir.
Kim Jinwoo se quedó perplejo ante las palabras del doctor, hablando sin realmente escuchar lo que le decía. Su mente estaba abrumada por la extraña sensación de vacío que había experimentado. ¿Quién era aquella persona que le provocaba tal sentimiento? Mientras su cuerpo temblaba, incapaz de controlar las emociones que se arremolinaban dentro de él, la voz que había escuchado momentos antes volvió a resonar en sus oídos.
— Lo siento, lo llevaré a otro hospital.
Kim Jinwoo se quedó sin aliento cuando sus ojos se abrieron de par en par al ver al hombre frente a él. No pudo reaccionar, su cuerpo petrificado por el shock, mientras unas poderosas manos lo elevaban y lo sostenían con firmeza en un agarre protector. Se sentía vulnerable, como una muñeca de porcelana frágil en brazos ajenos, pero también avergonzado por ser tratado como una damisela en peligro.
— ¿Eh? ¡Espera!
Kim Jinwoo quiso hablar, pero el dolor en su pierna se agudizó por los movimientos bruscos de Han Seo. Mientras trataba de tolerar el intenso dolor, Han Seo ya lo estaba arrastrando fuera de la clínica con impaciencia. Su automóvil, un imponente sedán negro, estaba estacionado justo en la salida y la puerta del copiloto estaba abierta de par en par, invitándolos a subir.
Jinwoo notó que el asiento del copiloto estaba completamente reclinado, como si Han Seo hubiera estado esperando ansiosamente por su regreso. El olor a cuero nuevo emanaba del interior del vehículo, mezclado con una sutil fragancia masculina que solo podía ser atribuida al perfume de Han Seo.
— ¡¿Por qué haces esto?! ¡Suéltame! ¡No te conozco!
Kim Jinwoo intentó moverse, pero el dolor agudo y punzante le impidió hacer cualquier movimiento. Han Seo lo cargó con cuidado en el asiento del auto y abrochó su cinturón de seguridad. Cuando Han Seo se inclinó sobre él para asegurar su cuello, un aroma embriagador inundó sus sentidos. Era fresco y estimulante, como caminar por un bosque cubierto de nieve durante una noche invernal. Se quedó paralizado bajo ese olor y una sensación de miedo se apoderó de él. ¿Eso era lo que la gente llamaba un sexto sentido?
Han Seo notó cómo el rostro pálido de Kim Jinwoo comenzaba a sonrojarse de una manera dulce. Nunca había tenido la oportunidad de ver esa faceta tímida de su esposo mientras estaban casados. Verlo ahora hizo que su corazón se sintiera extrañamente ligero, como si fuera una pluma flotando en el aire. Incluso su olor era parecido al aroma del olivo dulce.
Una vez que Kim Jinwoo estaba cómodamente sentado en el auto, Han Seo se sentó detrás del volante y se ajustó su propio cinturón de seguridad antes de ponerse en marcha hacia el hospital. Kim Jinwoo lo miraba con miedo en los ojos, por lo que Han Seo sonrió gentilmente para tranquilizarlo.
— Lo siento, pero no podía dejarte allí. ¿Cómo dejas que cualquiera toque tu cuerpo?
Kim Jinwoo arqueó una ceja ante el comentario de un desconocido.
— Él era un doctor… Y usted no pidió permiso ¿es un pasatiempo, levantar a personas enfermas?
— No, pero no podía dejar que un Omega estuviera solo en una clínica, solo quiero ayudarte. No tengo malas intenciones contigo.
Han Seo sostenía el volante con suavidad, mientras sus ojos se centraban en la carretera que tenía delante. Sin embargo, no pudo notar la expresión que se dibujó en el rostro de Kim Jinwoo, quien estaba sentado a su lado como pasajero del vehículo. Su mirada estaba fija en el paisaje que pasaba velozmente por la ventana, perdido en sus propios pensamientos. El sonido del motor era un murmullo constante en sus oídos, acompañado por el suave traqueteo de las llantas al rodar sobre el asfalto. Una sensación de calma y tranquilidad llenaba el interior del automóvil, creando una atmósfera silenciosa entre los dos acompañantes
— Señor… Por favor… No vuelva a decir que soy un Omega… Nunca lo vuelva a decir si sus intenciones son ayudar.
La cabeza de Han Seo giró por unos momentos hacía Kim Jinwoo, quien gritó alarmado.
— ¡Mira al frente! ¡Al frente!
Han Seo miró nuevamente sobre el camino.
— ¿Por qué?, el Sr. Kim Jinwoo es definitivamente un Omega.
— ¿Cómo es que usted sabe mi nombre?
Han Seo cometió un error, pero mirando detenidamente a Kim Jinwoo no parecía un chico muy atento a los detalles por lo que simplemente mintió.
— Lo escuché de la voz del hombre que lo estaba atendiendo.
— Oh…
Han Seo estaba confundido. ¿Por qué actuaba con tanto temor? ¿Sería posible que tuviera algún recuerdo de él? … No, de ninguna manera. En ese momento, Han Seo recordó que estaba escrito en su diario el día en el que su padre se puso furioso por su rasgo Omega. Y hace unos momentos fue evidente que su feromona había influenciado en él. ¿Por qué mentir de esa manera para evitarlo?... ¿Era por su padre?
— ¿Por qué el Sr. Kim Jinwoo quiere pasar por un Beta? Cuando entré al consultorio usted reaccionó a mi feromona, ¿cree que puede engañar a un Alfa como yo? ¿Sr. Kim Jinwoo?
— ... Yo… Es la primera vez que siento eso… Nunca había sentido la feromona, pero me dio mucho miedo… Usted me da mucho miedo.
La puñalada en el corazón de Han Seo fue tan intensa como si alguien hubiera clavado una daga afilada directamente en su pecho. La vida le había dado la oportunidad de regresar y enmendar sus errores, pero el precio que estaba pagando por haber provocado la muerte de su esposo e hijo aún lo atormentaba en el presente.
A pesar de todo, Han Seo sabía que no había palabras suficientes para justificar sus acciones. Solo podía mantenerse en silencio y soportar la sensación abrumadora de culpa y dolor que lo invadía.
‘Sí, si es necesario sufrir por haberte... por haberlos lastimado, entonces aceptaré cualquier castigo’. Pensó con resignación.
El simple hecho de tener a Jinwoo a su lado en ese momento era un consuelo inmenso para Han Seo, aunque sintiera que merecía ser castigado por sus acciones pasadas. Poder tocar esa piel cálida y sentir su suave calor corporal era suficiente para hacerle agradecer al cielo por el retorno de su amado esposo.
— Ya estamos por llegar
El silencio incómodo entre Han Seo y Kim Jinwoo fue interrumpido cuando Han Seo decidió cambiar de tema. Notó cómo el cuerpo de Kim Jinwoo continuaba temblando, su miedo era palpable en el aire. Como un Alfa dominante, sus feromonas eran mucho más densas que las de los Alfas comunes. Se dio cuenta de que probablemente había sido demasiado descuidado al liberarlas tan fuertemente.
Finalmente llegaron al hospital, y el auto se detuvo frente a una rampa iluminada por las luces de la fachada. Kim Jinwoo notó a varias personas afuera de la entrada, con una silla de ruedas lista y esperando para recibirlo. El corazón del joven latía con fuerza mientras se preparaba para enfrentar las noticias sobre su salud que le esperaban dentro del edificio.
— ¿Tú…?
El motor del coche se apagó con un rugido sordo mientras el equipo médico se agolpaba frente a él, esperando pacientemente a la llegada de Han Seo. Con una calma tranquilizante, las personas de rostros bondadosos asistieron al traslado de Kim Jinwoo hacia una habitación privada. Allí, sometieron su pierna a una serie de cuidadosos exámenes, incluyendo una radiografía que reveló que no había fracturas ni huesos rotos, solo un esguince que requeriría reposo y cuidados adecuados para sanar completamente
— Oh… ¿Entonces el otro doctor mintió?
— Eso sucede cuando visitas este tiempo de lugares, desearía que el Sr. Kim Jinwoo no visitará un lugar así en el futuro.
Los ojos de Kim Jinwoo se abrieron hacia Han Seo. Un médico muy diferente al que había conocido en el otro establecimiento se entrevistó con él, con una presencia amable y reconfortante. Comenzó a vendar su tobillo con gentileza, asegurándose de no causarle más dolor. Una enfermera se acercó cuidadosamente con una bandeja de metal que contenía un pequeño instrumento para extraer sangre, listo para ser utilizado con delicadeza y precisión. La habitación olía a desinfectante y medicamentos, lo que le recordaba a Kim Jinwoo la sensación de seguridad que sentía en un hospital, incluso en medio de una situación incierta como esta.
— ¿Qué es eso?
— Es un procedimiento de rutina del hospital, me aseguraré que el Sr. Kim Jinwoo sufra lo menos posible.
Con delicadeza, la enfermera tomó el antebrazo de Kim Jinwoo y extrajo una muestra de sangre. Sintió una leve punzada cuando la aguja penetró su piel, pero se obligó a quedarse quieto mientras la enfermera trabajaba.
Después de un tiempo que pareció interminable, el doctor terminó y colocó una prótesis similar a una bota alrededor del tobillo lesionado de Jinwoo. Era incómodamente pesada y gruesa, con mucho relleno para mantener su tobillo inmóvil. Se preguntaba cómo iba a caminar con eso puesto, pero sabía que era necesario para su recuperación.
— Esta prótesis le ayudará a no tener dificultades para moverse. Le recomendamos descansar durante los próximos diez días y no moverse demasiado.
— Si, muchas gracias.
Kim Jinwoo miró de reojo a Han Seo.
— Gracias señor.
— Fue un placer ayudarle, si el Sr. Kim Jinwoo me lo permite, estaría encantado de llevarlo a casa.
El rostro de Kim Jinwoo se transformó en un abrir y cerrar de ojos, su expresión pasando de la sorpresa al miedo. Sabía que su padre estaba estrictamente en contra de él entablando amistades con extraños. Mientras trataba de encontrar una excusa para alejarse de Han Seo, este último ignoró sus palabras y lo llevó a paso firme hacia su auto. El vehículo era elegante y reluciente bajo las luces de la calle, pero a Jinwoo no le importaba eso en ese momento. Estaba preocupado por lo que su padre pudiera decir o hacer si lo veía subir al auto de un completo desconocido.
— ¿Podrá mantener en secreto mi rasgo?
— Claro que sí. ¿Cómo podría dudar de mi palabra?
— Entonces ¿debo confiar en las palabras de una persona extraña? No es nada extraordinario y ni siquiera sé quién es usted.
— ¿Tiene curiosidad por saberlo? Descuide, fui grosero y no me presenté adecuadamente, soy Han Seo, mucho gusto en conocerlo, Sr. Jinwoo.
Han Seo sonrió gentilmente, estacionó el coche a mitad del camino y apagó las luces del auto.
Con esa actitud diligente pareciera ser una persona sincera… Sin embargo, su corazón le gritaba a Jinwoo que se alejara. ¿Por qué? Él recordaba a todas las pocas personas que conocía y definitivamente ese hombre no estaba en ese reducido grupo.
¿Qué pasa si las intenciones no eran sinceras?
***
Un rubor cálido y ardiente se extendió por el rostro de Kim Jinwoo, sorprendido por la poderosa presencia del hombre ante él. Nunca antes había sentido una feromona Alfa, pero su aroma fresco y embriagador lo invadió por completo, provocando una sensación perturbadora en lo más profundo de su ser. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas mientras el corazón se contrajo con una tristeza inmensa. La sola presencia de Han Seo era suficiente para hacerlo emocionar y afligirse al mismo tiempo, un torbellino de emociones que amenazaba con abrumarlo.
— Deténgase… Yo… Quiero ir a casa.
Han Seo extendió su mano para limpiar las cristalinas lágrimas que estaban aún en el rostro de Kim Jinwoo, pero antes de poder tocar su piel. Sintió la mano de Kim Jinwoo golpear la suya.
[¡Zap!]
— Por favor… No me toque.
Esa expresión, ¿por qué tenía que ver siempre la expresión triste reflejada en un rostro tan hermoso? Han Seo prometió nunca hacerlo llorar y en tan solo unos minutos, el chico estaba temblando asustado.
'¡Mierda!'
Han Seo se equivocó nuevamente. Girando su cuerpo encendió de nuevo el auto y llevó a Kim Jinwoo a su casa. Inesperadamente, Kim Jinwoo jamás le dijo dónde vivía, pero el camino que seguía el auto era el que llevaba a su casa.
¿Un acosador? Kim Jinwoo tembló ante ese pensamiento. En el momento que el auto se estacionó, las luces de la residencia se encendieron. La puerta se abrió de golpe y el padre de Kim Jinwoo salió furioso.
Un enfrentamiento inevitable.
Han Seo pensó que ese hombre era un ser ruin, que sólo mantenía a su lado a Kim Jinwoo para sacarle provecho. Ante los gritos del padre de Kim Jinwoo, Han Seo miró de reojo el tembloroso cuerpo a su lado.
— No te preocupes, después de presentarme te aseguro que no hará nada en tu contra.
Una suave sonrisa iluminó el rostro de Han Seo. Bajó primero del auto y caminó directamente hacia el presidente Kim.
— ¡¿Por qué tardaron?! ¡Ustedes…! ¿Quién eres tú? ¡¿Dónde está Kim Jinwoo?!
— Presidente Kim, lamento estar molestando a esta hora. Mi nombre es Han Seo, soy el hijo del presidente Han. Es un gusto conocerlo.
— ¿Qué?...
El rostro desfigurado del padre de Kim Jinwoo no daba crédito a lo que escuchaban sus oídos. ¿Por qué el hijo del multimillonario presidente Han estaba fuera de su casa?
— Cof… ¿Dices que eres el hijo de Han Yeon?... cielos… Digo… Esto es… es algo inesperado
— Me encontré con el Sr. Kim Jinwoo y tomé mucho de su tiempo, decidí traerlo del hospital. Fue mi culpa, entonces vengo a presentar mis disculpas formalmente.
— ¡¿Qué, qué?!... ¿Tú… con Kim Jinwoo?
Han Seo ayudó a Kim Jinwoo a bajar del auto y lo acompañó hasta la entrada de la casa.
— Sé que esta visita fue breve pero me gustaría conocer más sobre el Sr. Kim Jinwoo en el futuro. Hasta entonces, lo dejaré al cuidado del presidente Kim, espero que no tenga más caídas en el futuro.
Las palabras fueron educadas, pero el rostro que lo miró tenía una intención diferente. El presidente Kim sintió en esos ojos lo destrozarían en cualquier momento.
— ¿Eh?... Ah… Lo veré nuevamente joven Han Seo.
Los puños de Han Seo se cerraron fuertemente ante la repulsiva sensación que le invadió por el hecho de ver como el presidente Kim, jaló del cuerpo lastimado de Jinwoo. Pensó que sus actos serían ignorados. Pero la furia en el corazón de Han Seo se avivó en el momento que otra persona tocó al hombre que estaba destinado a ser su esposo.
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