Jinwoo miró a su alrededor, recordaba haber estado en el jardín conmemorativo visitando a Hyung. ¿Se había quedado dormido? No, eso no era posible. No puedes quedarte dormido mientras caminas.
‘Oh’.
Su mente dispersa recordó lo acontecido en la zona de las escaleras exteriores del edificio. Una persona lo llamó y después resbaló del escalón.
‘No, no fue así’.
Jinwoo tocó con sus dedos su hombro, la sensación de presión que lo impulsó hacia atrás aún estaba hormigueando.
[¡Fruzsh!]
Su mente fue alertada por el sonido del pasto seco siendo barrido por algo, sus ojos se movieron con urgencia hacia el origen del sonido pero cuando miró en aquella dirección no había nada.
[¡Fruzsh!]
De nuevo, el sonido penetró en sus oídos justo detrás de él. Giró su cuerpo para mirar atrás, pero no había nada.
[¡Fruzsh!]
El sonido esta vez fue más fuerte pero no pudo identificar el origen.
[Chiii, chiiii.]
Un chirrido llegó desde abajo. Su cabeza se inclinó y pudo ver al causante de los disturbios.
— Vaya, eres más pequeño de lo que recordaba.
Jinwoo miró a la pequeña liebre que estaba frente a él, la cabeza de la liebre se giró y sintió como si sus grandes ojos negros lo estuvieran mirando.
[Chiiii, chiiii.]
La liebre chilló y avanzó hacia los restos del roble que estaban más adelante.
— ¿Vives allí? Es un mal lugar para vivir.
Jinwoo siguió a la liebre, que se detuvo de repente y comenzó a brincar sobre el mismo lugar una y otra vez. Sus patas se movían afanosamente, como si intentara comunicarle algo urgente. Observando el comportamiento extraño del animal, Jinwoo sintió que la liebre estaba golpeando la superficie de tierra debajo de ella, como si estuviera tratando de revelar un secreto oculto.
Intrigado, Jinwoo se inclinó y barrió con sus dedos la tierra seca. En ese instante, la liebre se detuvo, sus ojos brillantes fijos en sus acciones, como si estuviera esperando que descubriera algo importante. Después de sacudir la tierra un poco, algo comenzó a aparecer.
— ¿Son tus semillas? — murmuró Jinwoo, notando los pequeños brotes que emergen de la tierra. Sin embargo, se dio cuenta de que esas semillas no podían pertenecer a la liebre; parecían tan secas que se desmoronaron con solo tocarlas.
Con cuidado, Jinwoo juntó las escasas semillas y miró a la liebre, que se acercó un poco más, moviendo sus largas orejas con curiosidad. De repente, la liebre saltó hacia él, recogió las semillas con su boca y luego se dirigió rápidamente hacia un agujero en el tronco de un roble seco.
Jinwoo se incorporó, sus ojos llenos de curiosidad mientras miraba dentro del agujero.
— ¡Wooow! — exclamó, asombrado.
Sus ojos se abrieron de par en par al ver lo que había en el interior. El azahar que recordaba vagamente de un sueño anterior era más hermoso de lo que había imaginado, lleno de flores a punto de brotar, como si la vida misma estuviera floreciendo en ese rincón olvidado del mundo.
— Entonces, ¿sí es tu casa? — preguntó, sintiendo una conexión inexplicable con el pequeño animal.
La liebre, con movimientos delicados, rascó con sus patas delanteras dentro del agujero, colocando las semillas y arrastrando los restos de madera y tierra excavados de nuevo a su lugar, como si estuviera restaurando su hogar.
— ¿Cómo? ¿Cómo puedes vivir en un lugar así? — Jinwoo se preguntó asimismo, asombrado por la resiliencia de la liebre.
La liebre giró su cabeza, como si estuviera mirando a Jinwoo, y luego, en un instante, brincó y salió del agujero velozmente, alejándose con una ligereza que contrastaba con el peso que comenzaba a acumularse en el pecho de Jinwoo. De repente, su cuerpo, que hasta ese momento se sentía ligero, comenzó a sentirse pesado, y un espasmo de dolor recorrió su ser, desde la punta de sus pies hasta su cabeza.
Cuando cerró los ojos y los abrió nuevamente, el campo seco se había transformado en un techo blanco, y la realidad se desvanecía como un sueño.
Parpadeó varias veces, tratando de regresar a sí mismo, a la claridad de su entorno.
— ¿Ha despertado? — una voz suave interrumpió sus pensamientos.
Jinwoo giró su rostro, su corazón latiendo con fuerza al ver a la dueña de esa voz.
‘Eres tú’.
Sus ojos se abrieron con sorpresa, y su barbilla cayó hacia abajo. La persona que estaba a su lado era la joven doctora que lo había atendido en el pasado, y en ese instante, el mundo que había conocido se desvaneció, dejando solo la confusión y la esperanza de un nuevo comienzo.
‘Vaya…’
Una sensación de nostalgia lo invadió, Jinwoo asintió con la cabeza ante las palabras que tropezaron dentro de su garganta atropelladamente.
— Estaba muy preocupado, pero por fortuna tú estás a salvo, pero tienes que cuidarte mejor.
Con una cálida sonrisa, ella acomodó la almohada de la cabeza de Jinwoo para que su postura fuera más cómoda.
La doctora guardó silencio ante la expresión de que no sabía de lo que estaba hablando. Después de unos momentos habló de nuevo.
— La oficina de servicios asistenciales recibió una llamada por medio de tu celular y así pudimos contactar a tu guardián. No debe tardar en llegar aquí. Descansa hasta entonces.
— No… Yo no…
Las palabras desordenadas salieron de su boca ante las emociones contradictorias de ese momento. Su expresión reflejaba la angustiosa sensación de una emoción que no deseaba ver a Han Seo.
Pero la persona que llegó no fue Han Seo.
— ¿Choi Sang?
— ¡Jinwoo! ¿Cómo te encuentras?
Choi Sang entró con una expresión de genuina preocupación y sus manos sostuvieron su rostro con suavidad. Era un toque gentil y cariñoso.
Su corazón sintió ese momento como un salvavidas. No había lugar que no le estuviera doliendo. Sin embargo, esa caricia borró momentáneamente la sensación insoportable de dolor.
Jinwoo se aferró a su pecho y sus lágrimas pronto empaparon su camisa. Choi Sang acarició la cabeza de Jinwoo hasta que toda su tristeza se derramó.
Cuando finalmente se quedó dormido, acomodó la manta y llamó a la doctora que lo atendió.
— ¿El guardián desea alguna información?
'Guardian'. Esa es una palabra inmerecida para alguien que no fue capaz de ayudar a una persona importante en el momento necesario.
— ¿Cuál es su estado?
— Tendrá que usar un inmovilizador en su brazo dado que sufrió una fractura, el golpe en su cabeza provocó una leve inflamación, pero nada peligroso. Es necesario que lleve una atención especializada para el choque de feromonas que está sufriendo el paciente.
— ¿Choque de feromonas?
La doctora miró los resultados en su tableta digital y añadió.
— Sí, tiene que buscar un tratamiento especializado. De lo contrario podría tener consecuencias en el futuro, puedo enviarle la lista de hospitales que podrían atenderlo. Fuera de eso, podrá salir en un par de días cuando la inflamación disminuya.
— De acuerdo…
Han Seo no había mencionado nada al respecto de un choque de feromonas.
'¿En qué está pensando ese bastardo?'
Choi Sang permaneció mirando el rostro fruncido de Jinwoo que dormía profundamente, comparado con el Jinwoo que recordaba en sus días universitarios, ahora lucía tan flaco y pálido.
— Jinwoo…
Después de permanecer sumido en sus pensamientos, Choi Sang sacó su teléfono celular y marcó un número de teléfono, acercó el equipo a su oído, escuchó una voz mecánica diciendo que se estaba conectando la llamada internacional.
[¿Señor?]
— Lamento molestarlo Sr. Adams quería que hiciera algo por mí…
***
'Sr. Han Seo'.
— ¿Jinwoo? ¿Eres tú?
Han Seo despertó ante la voz familiar que lo llamó, su cuerpo estaba de pie vistiendo el pantalón de pijama y con el dorso desnudo. Mirando a su alrededor, todo fue aún más confuso.
Estaba en un hermoso jardín lleno de arbustos frondosos, flores en plena floración como si la primavera hubiera anidado allí. La fresca brisa llevaba los diferentes aromas florales directo a sus fosas nasales.
'Sr. Han Seo'.
Caminando sobre sus pies descalzos Han Seo avanzó sobre un verde pastizal rodeado de hermosos árboles, la persona que estaba rodeada de una Luz cegadora le era muy familiar, pudo ver como sus labios se movían, como si estuviera diciéndole algo, pero el silencio ensordecedor parecía tragar sus palabras.
Han Seo avanzó un poco más y en ese momento pudo notarlo.
Kim Jinwoo estaba de pie frente a él y su gran sonrisa estaba dirigida hacia sí.
Su cuerpo vestía una gran camisa blanca que ondeaba con la suave brisa del viento y frente a él se extendió un gran y hermoso ramo lleno de flores blancas y aromáticas.
Los ojos de Han Seo se abrieron de par en par ante esa extraña visión que le llenó. Su mirada amorosa y la sonrisa hermosa, eran acompañadas por ese ramo tan grande y fabuloso.
Han Seo sostuvo el ramo de flores, pero lo que sucedió en ese momento le impidió avanzar más. Sus piernas, que desde un inicio eran titubeantes, colapsaron y sus rodillas tocaron el césped.
— ¡No! ¡No!
Las flores que llenaban de forma hermosa el ramo comenzaron a desmoronarse y fueron arrastradas por el viento.
Han Seo sintió un extraño escozor en las comisuras de sus ojos, su pecho se sintió lleno de aire pesado y le fue difícil respirar.
Ni siquiera tenía la capacidad de mirar a Jinwoo cara a cara, pero su codicia era mayor que su vergüenza.
— Jinwoo, ¡yo...! ¿Eh?
Sus ojos se volvieron agudos y su respiración se detuvo momentáneamente, miró los hilos rojos que se deslizaban de entre las piernas de Jinwoo y se concentraban en un charco carmesí.
El miedo se apoderó de él, sus rodillas estaban adheridas al suelo y a pesar de estar a unos centímetros de Jinwoo sus palabras eran inaudibles.
Sus ojos se elevaron con la intención de ver el rostro sonriente pero ahora una gran sombra estaba cubriendo ese pequeño y hermoso rostro.
— ¡Jinwoo! ¡Jinwoo!
Su desesperación se fue incrementando, sus ojos inyectados en sangre lucían angustiados, sus dedos desprendieron la tierra en un intento por arrastrarse hasta él pero era inútil, gradualmente el cuerpo de Jinwoo se fue desvaneciendo hasta que desapareció.
Han Seo gritó una y otra vez su nombre, pero nadie estaba allí.
— ¡Ah, ha!
Sus manos se movieron afanosamente y su cuerpo se retorció fuera de la cama. ¿Cuántas veces había tenido el mismo sueño? Han Seo despertó empapado en sudor frío dentro de la oscura habitación.
Su respiración era agitada y su corazón latía aceleradamente.
— Debo ir por él.
Han Seo debía recuperar a Han Jinwoo, su Omega y cónyuge quien había ‘huido’ del hospital hacía casi un mes.
Pero la situación no era la adecuada para hacerlo. Han Seo sintió que estaba por volverse loco cuando supo del accidente de Jinwoo en el jardín conmemorativo. Ni siquiera pudo comprender el motivo que lo llevó a visitar una placa falsa que fue contratada como un montaje a nombre de ese bastardo de Kim Juwon cuyo cuerpo terminó siendo alimento para animales marinos.
Han Seo miró la notificación de compra de un boleto de avión a los Estados Unidos a nombre del escritor Oh Minji y del bastardo de Choi Sang.
A esas alturas, no era problema alguno cerrar un aeropuerto o comprar todos los boletos del avión donde viajaba Jinwoo e ir por él.
Pero no puedes dejar el queso descuidadamente en una casa que tiene plaga de ratones.
Debía de limpiar la casa antes de poder llevar el queso de regreso.
— Ah, Maldición.
'Tae Jun...'
Debía lidiar con ese problema, a pesar de ser una segunda vida Han Seo quedó sorprendido de haber descubierto una personalidad desconocida en una persona que había conocido por más de veinte años.
Aún así, Tae Jun por sí mismo no parecía ser lo suficientemente inteligente como para actuar por sí solo, ¿había alguien más de por medio? Pero ¿Quién podría enfrentarse directamente con la familia Han? Además no había pruebas de que él hubiera sido el autor del crimen, estaba confirmado que se encontraba en un concierto muy lejos como para poder vincularse a cualquier incidente, y el jardín conmemorativo no tenía cámaras de seguridad en el exterior como para saber qué había sucedido. Entonces, no podía asegurar si el incidente estaba relacionado con él o sólo fue algo aislado.
Han Seo miraba la fotografía en su equipo celular que mostraba a Jinwoo cubierto con una gorra y portando un soporte para su brazo roto. Estaba acompañado de Choi Sang y juntos abordaron el avión hacia los Estados Unidos en la zona VIP.
'Si, deseo tener esa posibilidad'.
Una desagradable sensación se precipitó desde su estómago cuando recordó el absurdo acuerdo que Jinwoo propuso respecto a poder mezclarse con otros Alfas. ¿El motivo era el bastardo hijo del congresista Choi?
¿Podría realmente aceptar la imagen de ese cuerpo siendo abrazado, besado y tomado por otras manos?
'Claro que no'.
Quizás ese bastardo podría tener unas buenas intenciones, pero eso no cambiaba el hecho de que era un Alfa, un ser débil al instinto que podría volverse loco con el aroma de un Omega.
Al tener el número de vuelo de Jinwoo, Han Seo envió la instrucción al Director encargado de la sede de la compañía en Estados Unidos que asignará un equipo de vigilancia para cuidarlo.
¿Podría instalar un circuito de CCVT furtivamente? Mientras sus pensamientos seguían en esa dirección, Han Seo caminó hasta la habitación de Jinwoo, Jinwoo rara vez dormía allí porque usualmente estaba en la habitación de Han Seo. Sin embargo, un sutil aroma a flor de olivo aún estaba enterrado dentro del cuarto oscuro.
Mirando en el pasado, un nudo se tensó fuertemente en su garganta impidiendo que la saliva pudiera pasar. Era como si hubiera regresado a su otra vida. Mientras caminaba con sus pies descalzos sobre el frío piso, Han Seo se percató que la habitación realmente no había cambiado mucho a cuando llegó, Jinwoo no era una persona codiciosa pero esa sensación de vacío era desgarradora.
Todo estaba limpio e impecable. Han Seo se sentó en la cama y miró a su alrededor. La habitación era solitaria, vacía y fría, no reflejaba en absoluto la personalidad llena de vida de Jinwoo.
Mirando con curiosidad hurgó en los cajones en busca de pistas que le permitieran conocer más a Jinwoo.
— Vaya.
Lo que encontró lo dejó sorprendido.
Han Seo sacó la bolsa plegada desde el fondo del cajón con un logo muy familiar impreso en el papel y miró en su interior.
— ¿Por qué está esto aquí?
Han Seo abrió la caja y dentro encontró el mismo reloj que usaba en su vida pasada. Sus ojos se volvieron turbios y sus manos comenzaron a temblar.
Después de unos momentos cubrió su boca con la mano que estaba libre.
¿El reloj que usaba todo el tiempo en su vida pasada había sido un regalo de Jinwoo…? ¿Cuándo? ¿En qué momento? Entonces, Jinwoo había comprado ese reloj para regalárselo en esta vida también, ¿era eso así?
— Ja.
Han Seo sintió como si su corazón estuviera brincando de una emoción abrumadora, el bum, bum que estaba golpeando su pecho le recordaba que estaba vivo. Realmente ese reloj ahora se encontraba funcionando perfectamente emitiendo un sutil tic, tac.
Ese reloj, en su mente, se había quedado paralizado en el pasado, al igual que el reloj que pensaba regalarle a Jinwoo, ¿no era una circunstancia paradójica ahora que estaba de nuevo en sus manos? Su felicidad se mezcló con un desgarrador sentimiento de opresión en sus pulmones. Era como si el pasado le estuviera recordando que el tiempo estaba corriendo constantemente y no a su favor.
Sus muñecas nunca volvieron a portar un reloj desde que despertó en esa nueva vida. Era como un mecanismo inconsciente para evitar recordar ese doloroso pasado que lo consumió hasta dejarlo seco.
Pero allí estaba de nuevo, solo, sin Jinwoo y con el mismo reloj que le recordaba aquella pérdida brillando hermosamente.
‘No, no lo perderé dos veces’.
Han Seo sostuvo el reloj en su puño y se levantó rápidamente.
Regresó a su habitación y sostuvo su teléfono celular, sólo necesitaba ordenar que el avión estuviera listo para salir a los Estados Unidos. Si pudiera mirar a Jinwoo de lejos, necesitaba saber que estaba vivo y ver su pecho elevarse por la respiración natural que le daba vida a su cuerpo.
'Sólo un poco'.
Sólo un segundo y podría estar tranquilo.
Pensando así envío la orden para el secretario Sujin.
Sin embargo, pocas horas después hubo una visita inesperada en su apartamento.
[Bip… Bip.]
El timbre electrónico se activó, eso era extraño ya que el personal de seguridad de la torre donde se encontraba el apartamento, tenía una lista reducida de personas que podían acceder y ninguna de ellas estaba en la mente de Han Seo como para que estuvieran en ese momento y a esa hora de la madrugada allí.
Al acercarse a la cámara digital el rostro que vio le provocó una gran sorpresa.
— ¿Cómo te ha ido?
La figura de aspecto serio avanzó dentro del apartamento y se dirigió al sillón de la sala de estar, se despojó del abrigo de su traje y se sentó hurgando dentro de una cajetilla de cigarros que estaba semiabierta sobre la mesa auxiliar.
— Han pasado más de veinte años desde que fumé un cigarrillo, ¿por qué aún estás parado allí?
— Padre, ¿qué haces aquí?
Han Seo cerró la puerta principal y avanzó hasta la sala de estar donde estaba su padre.
— Me dijeron que planeas ir a los Estados Unidos, ¿es por Jinwoo?
Han Seo colapsó en el sofá que estaba del lado derecho al que se había sentado su padre, elevó su mano para frotarse el rostro mientras suspiraba exhausto.
— Padre… Me estoy volviendo loco sin Jinwoo, no tengo otra opción.
Han Yeon que no había relajado su expresión miró a Han Seo así, consumió el cigarrillo y exhaló el humo blanco mientras el silencio se apoderaba de la habitación.
— Ahora que lo pienso, nunca supe el final de aquella novela que me contaste. ¿Aún la recuerdas?
— ¡Ja! ¿Vienes para burlarte de mí? Padre.
Han Yeon extendió su brazo y apagó la colilla del cigarrillo frotándola contra el cenicero de vidrio.
Han Seo lo sabía, que su padre no era un hombre que hiciera preguntas al azar, sino más bien era un ser que le gustaba ahogar a su oponente con su propio veneno y verlo ser consumido lentamente por el dolor.
Entonces, ¿por qué preguntar lo absurdo?
— De acuerdo. Entonces dime, ¿qué harás cuando llegues allá? ¿Tienes un plan o sólo estás actuando estúpidamente?
— No voy a renunciar a él, ni aunque tú o cualquier otra persona se oponga, si quieres hacerme cambiar de opinión… Por favor retírate, padre.
Han Yeon permaneció con la misma expresión y tono de voz, nuevamente sacó otro cigarrillo de la caja que era de una marca tan comercial que Han Seo, conociendo los gustos de su padre, sabía que detestaba. Aún así allí estaba fumando como si nada malo estuviera sucediendo.
— No puedes renunciar a algo que ya perdiste, ¿acaso te volviste un idiota? Eres mi hijo, el que tendrá todo mi poder en sus manos. ¿Sabes cómo me siento al ver a mi hijo perder la cabeza por algo cómo esto? ¿A qué le tienes tanto miedo? Nunca ha sido tu estilo dar un paso atrás, y para ser sincero, es una estupidez que estés pensando en ir por él en tu situación actual.
Los ojos de Han Seo se abrieron agudamente mientras escuchaba a su padre decir cosas sin sentido.
Pero en ese momento hubo una sola expresión que lo dejó paralizado. “Miedo”, realmente Han Seo tenía miedo de perder a Jinwoo como sucedió en el pasado. Y al estar cegado por esa pérdida simplemente deseaba tener a Jinwoo en un lugar donde pudiera controlarlo por completo.
Incluso se sintió agradecido de que Jinwoo no tuviera los recuerdos de su vida anterior. Sabía que era algo bajo y codicioso pero no le importó y al final la bomba explotó directamente en su cara.
Han Seo permaneció pensativo durante un largo tiempo, su rostro miraba a su padre fijamente como si estuviera conteniendo sus palabras, hasta que.
— Padre… Tengo algo que decirte.
En ese momento Han Seo se desmoronó, su pesado corazón no pudo aguantar más el dolor de la culpa que lo estaba consumiendo y le contó aquella verdad irreal a Han Yeon.
Desde su compromiso con Kim Jinwoo, el fraude del presidente Kim, el engaño respecto a ser un Omega recesivo, su terrible abandono, el divorcio y la pérdida de su cónyuge que llevaba a su hijo dentro de su cuerpo.
Y sólo hasta el final le confesó su intento por seguir a Jinwoo y a su hijo para concluir con este extraño despertar en su segunda vida.
La expresión de Han Yeon se volvió tan pálida como la de un fantasma con cada palabra que salía de la boca de Han Seo.
Incluso el cigarrillo se consumió y la colilla que sostenía entre sus dedos quemó su piel. Pero estaba tan sorprendido de aquella confesión que ni siquiera se percató del dolor.
— ...
— No espero que me creas, padre. Pero no puedo renunciar a él, simplemente… No, no voy a hacerlo.
Han Yeon se levantó del sofá y avanzó hasta Han Seo, después extendió su mano y revolvió el cabello de su hijo como cuando era sólo un niño.
Realmente estaba allí para decirle que terminara con ese chico Omega. Tanto él como su madre habían estado siguiendo sus pasos muy de cerca y pensaron que lo mejor para ambos sería distanciarse.
Pero esos pensamientos eran ignorantes, dado que nunca imaginó que su hijo dijera tales cosas. Era imposible de creer, pero ¿no había suficiente evidencia circunstancial como para dar el beneficio de la duda?
Un hijo que de la nada despierta desorientado, con una habilidad irreal para predecir el movimiento de los mercados, o aquella vez que predijo las inversiones.
Mirándolo desde un punto de vista muy, muy amplio era bastante creíble.
— Te creo, pero el que vivas en el pasado no te sirve de nada, tienes otras cosas de las que preocuparte antes de querer traer de vuelta a Jinwoo.
Han Yeon sacó algo del bolsillo de su pantalón y se lo entregó a Han Seo.
— No tengas miedo, el miedo te hace débil, sé tú mismo, sé un Alfa capaz de derribar cualquier amenaza, y también… Debes de entender que Jinwoo merece hacer su vida, ¿estás preparado para asumir su decisión?
Han Seo recibió la pequeña memoria usb mientras escuchaba las palabras de Han Yeon.
— Qué Jinwoo esté lejos de mí no es una posibilidad, padre.
— Me preguntaste hace un tiempo si alguna vez discutí con tu madre, tu madre me lanzó el anillo a la cara, canceló el compromiso y me tomó mucho tiempo entender cuál era mi error. Tu madre lo era todo en mi vida, pero estaba tan cegado por mi inseguridad que no lo pude ver antes y terminé por asfixiarla hasta que ella no pudo soportarlo más… Creo que quizá cometí un error al ser tan exigente contigo, lo lamento hijo, pero creo que no puedo avanzar más allá del límite.
Han Yeon golpeó suavemente el hombro de Han Seo antes de marcharse diciendo.
— Dale mis saludos a Tae Jun.
***
¿Realmente esa había sido una buena decisión?
— ¿Choi Sang?
Jinwoo lo miró entrar a la habitación del hospital con una expresión extraña enmarcando su rostro, sus nalgas se sentaron en el borde de la cama de hospital y una gentil expresión se dibujó en aquel rostro que le transmitió un escalofrío. Jinwoo miró como los labios de Choi Sang se separaban diciendo algo asombroso.
— Jinwoo… Yo, quiero que vengas conmigo.
— ¿Qué dices?
Choi Sang se acercó y colocó su mano sobre el dorso de la mano de Jinwoo suavemente, fue un toque tan suave que Jinwoo dudó si realmente lo estaba tocando.
— Ven conmigo a los Estados Unidos, hay un hospital especializado para tratar el choque de feromonas y podrás recuperarte tranquilamente, lejos de todo esto. ¿Qué piensas?
—¿Ir contigo? ¿A los Estados Unidos?
Sus ojos vacilantes miraron el rostro de Choi Sang escaneando cada parte de su expresión, sus palabras no eran una broma sarcástica o una mentira. Pero… ¿Estaba bien tomar una decisión así?
¿Qué pasaría con Han Seo…?
Espera, ¿por qué estaba pensando en él en primer lugar? No era él mismo quien estaba desesperado por separarse y pasar un tiempo sin los recuerdos dolorosos de su vida pasada.
Ante su voz titubeante Choi Sang añadió.
— Estoy seguro que al Sr. Oh Minji le gustaría supervisar los preparativos para la película de su obra con sus propios ojos, ¿no?
— ¿Qué?
Sus ojos se abrieron de par en par mientras intentaba concentrarse para comprender las palabras que había mencionado Choi Sang.
— Envié una propuesta a un Director de cine amigo mío, es un guión de tu libro, le gustó tanto que de inmediato enviaron una propuesta al Sr. Do Yoon, ¿qué opinas?
Jinwoo realmente no podía creer lo que había escuchado, pero realmente su corazón necesitaba alejarse de todo ese dolor y al permanecer junto a Han Seo algo así era imposible y esa excusa no era mala, por el contrario.
— No tienes que responderme ahora, descansa. El Sr. Jinwoo debe recuperarse adecuadamente.
De esa manera Choi Sang no volvió a tocar el tema. Cuando se despidió en ese momento de Jinwoo y salió del hospital, una densa sensación familiar comenzó a presionar hostilmente.
— No tiene la necesidad de hacer eso el director Han Seo.
Mirando en dirección al origen de esa pesada feromona Alfa, Han Seo y Choi Sang quedaron frente a frente a las afueras del hospital.
— Eres su amigo, ¿comprendes por qué motivo tu cabeza sigue sostenida del cuello?
— ¿Debo tomar esas palabras como una amenaza? ¿Olvidas con quién estás tratando? La familia Choi es tan influyente como la familia Han.
Han Seo avanzó tranquilamente acortando la distancia con Choi Sang. Choi Sang no se movió ni titubeó ante la intimidante y agresiva presión que emitía la feromona Alfa de Han Seo.
[¡Bang!]
Un golpe seco impactó directamente sobre el rostro de Choi Sang, su cuerpo se tambalea, pero al ser también un Alfa la fuerza básica no fue la suficiente como para derribarlo.
— Ja, ja. ¿Estás molesto con el hecho de que yo esté aquí? Han Seo.
— Estás tomando un lugar que no te corresponde.
Han Seo permaneció firmemente de pie mientras Choi Sang sacaba un pañuelo del bolsillo interior de su chaqueta y limpiaba la sangre que se filtraba de la comisura de su boca.
— ¿Te refieres al lugar que abandonaste? De estar equivocado, entonces ¿Han Seo podría explicarme por qué razón Jinwoo tuvo un accidente?
— ...
Han Seo presionó sus puños mientras sus ojos inyectados en sangre miraban a Choi Sang.
— No sabes de lo que soy capaz… No…
— Él está enfermo, Han Seo. ¿Siquiera sabías eso? ¿Cómo puede un Omega tener un choque de feromonas teniendo un Alfa dominante como cónyuge? Leí sobre eso, algo así solo pasa cuando hay un rechazo a la impronta, ¿rechazaste el vínculo?
— ...
Han Seo guardó silencio ante las palabras de Choi Sang. Viendo los hechos de esa manera no estaba errado su pensamiento. Y al final, la condición de Jinwoo era culpa de Han Seo, la enfermedad de Jinwoo y todo lo que estaba manifestándose en su cuerpo eran secuelas del duro abandono bajo el cual lo sometió por dos años.
Pero el saber y reconocer eran dos definiciones completamente distintas. La persona que estaba allí no era un amigo de Jinwoo sino un Alfa.
— Deseo llevarlo conmigo, hay un hospital especializado en los Estados Unidos, aquí no hay manera de que puedan tratarlo. Si lo amas como dices hacerlo… Bueno, entonces lo veremos. Que tenga una buena noche director general.
Choi Sang desechó el pañuelo en un cesto de basura cercano mientras se alejaba de Han Seo. Han Seo se quedó de pie sin moverse durante unos momentos antes de entrar al hospital.
Los pasillos eran fríos y solitarios, las enfermeras estaban concentradas en el cambio de guardia por lo que la mayoría estaban en la estación de enfermería, Han Seo caminó pensando para sí mismo en los pésimos controles de seguridad del hospital.
Cuando llegó a la habitación un cuerpo pequeño estaba acostado sobre una cama que lucía incómoda, la habitación estaba suavemente iluminada por una lámpara de pared en tono cálido.
Han Seo se acercó sigilosamente y cuando estuvo frente a Jinwoo dejó de respirar para poder contemplarlo sin despertarlo. Su rostro estaba lleno de heridas y tenía un parche colocado en un extremo de la cabeza, su brazo izquierdo estaba cubierto por un enorme y duro yeso protegido por un soporte que lo mantenía flexionado.
En ese momento el odio se derramó dentro de sí mismo, era un odio dirigido hacia la persona que había provocado el mayor daño y seguía sin recibir su castigo.
Han Seo se odió profundamente.
Se odiaba por ser un imbécil cegado por la ira, los celos y el orgullo. Le había fallado a Jinwoo varias veces, todas las veces.
'Mierda, ¿es mi castigo no poder recuperarte?'
Han Seo se arrodilló y susurró palabras de arrepentimiento, su corazón estaba teñido por la miseria y la culpa de tener que ver a Jinwoo herido o atado a una cama de hospital.
Esa no era la clase de vida que pensaba darle, no era esa clase de amor. No eran sus planes.
Pero si el castigo por su terrible pecado era no poder tener en sus brazos a Jinwoo, si la forma de hacerlo feliz era alejándose de su vida…
'Perdón'.
Han Seo se acercó suavemente a su rostro y superpuso sus labios suavemente sobre los labios de Jinwoo. La piel tibia transmitió su temperatura de inmediato, era un beso que deseaba mantener por mucho, mucho tiempo. Sentir esos suaves labios eran la razón de estar vivo de nuevo.
Y ahora tenía que alejarse de ellos.
De esa manera Han Seo se retiró. Fue una despedida secreta que sólo pesaría en su corazón.
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